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Sarkozy abre un debate para recuperar el orgullo de ser francés

La Voz de Galicia, Esperanza Suárez | Corresponsal, 03-11-2009

La oposición ve detrás de la iniciativa una maniobra electoralista para recuperar votantes de extrema derecha

La oposición ve detrás de la iniciativa una maniobra electoralista para recuperar votantes de extrema derecha

Francia debate desde ayer su identidad nacional, una promesa electoral de Nicolas Sarkozy que el conjunto de la oposición coincide en calificar de electoralista. Una página en Internet y los coloquios organizados por los prefectos servirán para revalorizar los principios patrios y «el orgullo de ser francés», en palabras del ministro de Inmigración, Eric Besson.

Este tránsfuga socialista incorporado al Gobierno de apertura del presidente galo quiere «reconquistar los símbolos de los que ahora se apropia la extrema derecha», y asegura que la iniciativa ha tenido muy buena acogida: más de tres mil mensajes en las primeras horas de la web (www.debatidentitenatiolane.fr), que, sin embargo, no pueden consultarse porque antes pasarán por la censura «para evitar los mensajes racistas y xenófobos».

La pregunta a responder es «¿Qué significa para usted ser francés?», y de las respuestas se pretende sacar propuestas concretas sobre dónde colocar los símbolos nacionales, la obligación de cantar La Marsellesa en las escuelas o la imposición de cursos de instrucción cívica para los inmigrantes.

Besson invoca como ejemplo a Barack Obama, que «juega permanentemente con el patriotismo de los estadounidenses», para reivindicar el derecho de los franceses a intentar redefinir sus valores de hoy. El debate estará abierto hasta el 31 de enero, Sarkozy opinará públicamente en diciembre y el 4 de febrero será el propio ministro quien dé a conocer la síntesis. Los prefectos deberán recabar la opinión de las fuerzas vivas de sus departamentos en unos encuentros que aún no está claro cómo se organizarán porque no les han llegado las instrucciones.

Trampa del Elíseo

El mero hecho de abrir la discusión ha provocado airadas reacciones, y no solo en la izquierda. Dos compañeros de Gobierno ya han expresado sus reservas: el titular de Exteriores, Bernard Kouchner, dice «desconfiar de los debates teóricos», y el alto comisario para la Solidaridad, Martin Hirch, dice que «Francia no tiene ningún problema de identidad, es un debate cien por cien político».

En este punto coinciden el Partido Socialista y el Frente Nacional. El portavoz del PS, Benoît Hamon, denuncia «una trampa del Elíseo destinada a recuperar el electorado de extrema derecha». Mientras, Marine Le Pen lo califica de timo electoral de cara a las regionales que se celebrarán dentro de cuatro meses.

Aunque los socialistas se sentirán «orgullosos de defender los valores de libertad, igualdad y fraternidad que el Gobierno ridiculiza todos los días», la reacción de su ex primer ministro Michel Rocard ha sido especialmente virulenta. Considera este debate «imbécil», porque precisamente «Francia es uno de los países occidentales con más fuerte identidad».

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