La Diputación abrirá a finales de noviembre un nuevo centro de acogida para menores extranjeros no acompañados con graves problemas de conducta. La instalación, cuya ubicación no se ha querido desvelar, contará con doce plazas y ofrecerá a los chavales un programa formativo desde su inicio, algo que hasta ahora no ocurría en este modelo de atención. El inmueble de Deba, servicio que nació con vocación de contención, aborda ahora una segunda fase en la que acogerá a menores que han demostrado un “cambio de actitud”. Siete de ellos ya han sido derivados a otros programas por su extraordinario avance. La Diputación asegura que el nivel de conflictividad se ha reducido de modo notable desde julio y sólo “cuatro” presentan una conducta disruptiva por no aceptar normas.

Las nuevas instalaciones sustituirán el cometido que desempeñaba el centro de Deba. El equipamiento está diseñado para “respetar de forma escrupulosa” todas las exigencias del decreto que regula su funcionamiento, al tiempo que se garantizará a sus inquilinos un programa formativo, hasta ahora inexistente, en el que se incluye materias como clases de castellano, talleres de carpintería o alfabetización. Para ello se incorporará un equipo educativo especializado.

Éstas son, en esencia, las principales líneas de actuación que plantea la Diputación en su nueva reorganización del sistema de acogida con los menores más problemáticos. Según avanzó ayer la diputada de Política Social, Maite Etxaniz, “en las próximas semanas” está prevista la apertura del servicio que, según algunas fuentes, podría ubicarse en el municipio de Elgeta, aunque situado muy cerca de Eibar, en concreto, en la presa de Aixola.

Lo cierto es que el hermetismo sobre el lugar exacto del nuevo emplazamiento fue absoluto. “No se puede revelar porque contradice el decreto”, reconoció a los periodistas en los pasillos de las Juntas Generales José Ignacio Insausti, el director de Infancia de la Diputación.

decisión previa Minutos antes había tenido lugar una comparecencia de Etxaniz, a petición propia y de varios grupos junteros, para responder a las críticas recogidas en un informe del Ararteko en relación al funcionamiento del centro de Deba. La diputada recalcó que este nuevo centro no es resultado del rosario de críticas que ha recibido su gestión en los últimos tiempos, tanto por parte del defensor del Pueblo en el País Vasco como de la Fiscalía o de asociaciones como SOS Racismo. El propio diputado general, Markel Olano, reconoció ayer en una entrevista a Radio Euskadi que “ha habido deficiencias en el funcionamiento del centro de Deba”.

Etxaniz defendió su gestión. “Desde un principio dijimos que el centro de Deba iba a tener dos fases, como así ha sido. Todo necesita su tiempo y desde mayo estamos aplicando un programa formativo que antes resultaba imposible”, confesó.

Los grupos junteros recibieron sus explicaciones con impresiones para todos los gustos. La juntera de EB Arantza González lamentó la “falta de autocrítica de la Diputación en la gestión de este problema”, al tiempo que deseó “aprender de los errores”.

Rebeka Ubera (Aralar) opinó que “aunque los programas necesitan tiempo para comprobar sus resultados, tampoco se puede conceder demasiado” por los problemas que pueden derivarse de un funcionamiento deficiente.

La juntera del PP Asunción Guerra, dijo no compartir las conclusiones del Ararteko “que se ha basado en dos visitas al centro de Deba y no conoce el día a día”, mientras que la juntera Susana García Chueca (PSE-EE) reconoció que “es necesario escuchar a todas las partes para hacernos una fotografía real de la situación”. Luis Mari Ormaetxea (Hamaikabat) aseguró que el centro de Deba ha servido para “garantizar el equilibrio de la red de acogida”.