Mano de calafate

La Razón, Elisa BENI, 30-10-2009

Cuando la patera hace agua, se impone calafatearla. Para que aguante. La inmigración como responsabilidad y como problema. El día a día demuestra que la adecuación de un fenómeno humanamente desgarrador a las normas de nuestro Estado de Derecho chirría, así que no queda más remedio que tapar las grietas. Puro estado de necesidad. Ampliar el plazo de internamiento para que de tiempo a gestionar los expedientes, buscarles a los menores que no tienen filiación ni origen una protección a la que el sistema obliga… Estas reparaciones tienen reparos. Mucha dureza, para unos, y apertura de resquicios para el fraude, descentralización de la política migratoria y hasta una cierta forma de privatización al sacar la tutela del ámbito exclusivo del Estado, para otros.
Lo peor es que sea eso, un remiendito. Y van cuatro en ocho años. Que en el fondo no lata una nueva política para hacer frente a una realidad que no está dominada ni de lejos. Falta un concepto de política de inmigración coherente, unitario y, ¡si eso fuera posible!, pactado y duradero. Con esta mano de brea las pateras seguirán llegando, las personas seguirán muriendo y las mafias seguirán traficando. La sociedad española, testigo y parte de este drama. Oportunidad perdida.
 

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