Txapelas para todos

Más de un centenar de asociaciones ha tomado este fin de semana Vitoria para mostrar el gran nivel participativo de los alaveses. Niños, mayores, deportistas... Todos tienen su espacio en alguno de estos colectivos desconocidos para muchos.

Diario de noticias de Alava, 25-10-2009

¿Sabía que en Rumania algunos ciudadanos también usan txapela y qué hay indicios de que podría unirles un origen común con la cultura vasca? ¿Que allí existe un cementerio alegre en el que las lápidas cuentan costumbres divertidas en vida de los enterrados? ¿O que en una crisis convulsiva epiléptica nunca hay que meter un objeto en la boca del enfermo? ¿O que las personas con síndrome de Down de Álava ya tienen un grupo de autonomía que puede, por ejemplo, ocuparse de diversas actividades de la asociación Isabel Orbe que les representa? ¿Y que existen en Álava más de 2.500 asociaciones registradas?

Todas estas cuestiones se han dado a conocer este fin de semana en la Feria de Asociaciones organizada por Erdu – la agencia para las asociaciones y el voluntariado del Ayuntamiento de Vitoria – que termina hoy. Un evento que se ha fraguado tras un proceso participativo de más de un año y que se ha resuelto con una invasión social de la capital alavesa desde el viernes. “Mucha gente desconocía que había tantos colectivos y tan variados y opinan que está muy bien que se asocien porque sirven de mucho apoyo”, resume la animadora y actriz Belén Nevado, que recogía por toda la ciudad las opiniones de los participantes.

Más de 100 colectivos de diferente carácter – sociosanitario, reivindicativo, cultural, deportivo, de ocio… – se han hermanado para sacar a la calle el mundo de oportunidades que ofrece una red social que quizás necesite un mayor trabajo en equipo para sacar adelante sus reivindicaciones. “Hay que impulsar un trabajo de red para que las asociaciones se conozcan y trabajen entre ellas porque hay muchas pequeñas con poca gente”, explica Amaia Lizoain, coordinadora de Erdu y técnica municipal de participación ciudadana. “También queríamos que esto no fuera sólo informativo, desmitificar que dentro de las asociaciones participar es un rollo y que se viera que además es un punto de encuentro. Por eso hicimos un programa tan variado”, explicaba ayer en el punto neurálgico de la cita, en la plaza de la Virgen Blanca.

Una diversidad que permitía a todo aquel que se acercara al centro de la ciudad disfrutar de iniciativas para todos los gustos. Desde la zona más cultural de la plaza de la Provincia, pasando por la Plaza Nueva donde las asociaciones rotaban en los 35 puestos informativos para darse a conocer, o la plaza del Matxete, que servía de parada y fonda para llenar al estómago con alguna degustación, sin olvidar la plaza de Correos, punto de referencia para los más pequeños. Por su parte, el Campillo se convertía en la parte más lúdica con conciertos y teatros y Los Fueros, en la de exhibiciones con el baile sobre patines de la asociación Gaubela y demostración de biodanza de Carlos Orellana.

Parece ser que al argentino tanto movimiento le levantó el apetito porque acudió poco después a la plaza del Matxete, una de las más concurridas. Y es que un buen pintxo acompañado de conocimiento y charla multicultural nunca viene mal. Allí, Ana Garagalza se debatía entre sucumbir a los encantos de las patatas fritas ecológicas de Naturaraba, la degustación de té de la asociación de inmigrantes Euskadi – Sáhara, los tatuajes con henna de Al – Indimay, el chorizo a la sidra de la Asociación Alavesa de Epilepsia o la variedad gastronómica de la Asociación sociocultural El Mar Negro. “Me parece muy interesante que se haya hecho algo así. Ésta es una oportunidad para ellos de presentarse a la sociedad porque a veces sólo se tiene la imagen de las grandes ONG y también hay pequeños colectivos que pueden servir de mucho”, animaba.

acercamiento Precisamente eso buscaba Alex Egres, miembro de la agrupación Mar Negro, que entre perrito y perrito explicaba las bondades de su patria. “Queremos cambiar la imagen de Rumania que se tiene en este país. Los que aquí son ladrones también son un problema allí. Deseamos enseñar a la gente que no todos somos iguales”.

No muy lejos de allí, en los arcos de la Plaza Nueva, Markel y Álvaro se manejaban como pez en el agua en el puesto de la Asociación Down Álava Isabel Orbe. “Vendemos pin y camisetas. Nos preguntan de qué es este local y qué hacemos. Les hemos explicado que organizamos salidas, excursiones,…”, resumía Markel. “Esto está bien para que se visualice la vida de la ciudad y lo están haciendo ellos para que la gente vea que los chavales pueden llevarlo”, comentaba su monitor, José Miguel Colino.

Cerca de ellos, la psicóloga de la Asociación Alavesa de Epilépticos (AAE), Carmen Trueba, se mostraba encantada con la marcha de la jornada en la que seis personas ya les habían descubierto y se habían apuntado para ir a descubrir la asociación. “Intentamos que se conozca esta información para que sea tratada como una enfermedad normalizada y se elimine el estigma social que la rodea”, comentaba.

Claro que esta feria también les servía a algunos para templar los nervios de una jornada futbolera. La penya EuskoBarça se diversificaba para promocionar su actividad. “Hay mucho culé en Vitoria, pero a la gente le cuesta integrarse en un colectivo”, lamentaba Gorka Muñoz, presidente del colectivo que no daba resultado para el partido de hoy contra el Zaragoza, pero se conformaba con conseguir al menos un título este año. ¿Llevará la txapela de campeón para celebrarlo?

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