El descenso en las ayudas ahoga a las ONG que empiezan a reducir servicios

La Verdad, T. M. M., 25-10-2009

A Cruz Roja llegan a menudo inmigrantes que necesitan comida, empleo, un hogar o ropa. La maquinaria del voluntariado se pone entonces en marcha para lograr cubrir las necesidades básicas de estas personas. El problema es que no es sólo a una persona a la que hay que atender, son muchos y en los últimos meses aún más por el agravamiento de la situación económica.

Como en Cruz Roja, en Asofem se atiende a los enfermos mentales, en la asociación del párkinson a los que padecen esta patología y también en el colectivo de familiares de enfermos de alzheimer y en la asociación española de lucha contra el cáncer. Valgan como ejemplo pero hay muchas más ONG en el municipio que realizan, de forma desinteresada, servicio de atención a domicilio, información, asesoramiento a las familias y tratamiento. El que ellos no cobren por su voluntariado no significa que los servicios que prestan no requieran de un presupuesto.

Anualmente, la mayor parte de estos colectivos reciben ayudas municipales. Pero este año se han visto reducidas un 20% por los problemas económicos que sufren las arcas municipales. «Entendemos que la situación del Ayuntamiento no es muy buena y hay que apretarse el cinturón, pero no tiene sentido hacerlo en los presupuestos destinados a atender a las personas que más lo necesitan. Cuando no hay problemas de dinero en la ciudadanía, el número de personas a las que tenemos que asistir dando comida y otros enseres es menor. Sin embargo, ahora estamos en crisis y se multiplican los casos de familias que demandan servicio», explica el presidente de Cruz Roja, Juan Carlos García.

Socios y recursos

Cruz Roja es una de las ONG con mayor número de socios y recursos. «Tenemos otras fuentes de ingresos como las cuotas de los 800 socios que van desde los treinta euros al año. Hacemos campañas de recaudación como la Fiesta de la Banderita, venta de lotería y ahora estamos inmersos en una campaña de captación de socios. De momento no ha habido muchas bajas».

El presidente de Asofem, Roque Quiñonero, ha firmado esta semana el convenio de colaboración con el ayuntamiento con una aportación municipal de 10.000 euros que se destinarán a la orientación sociosanitaria para familiares de enfermos mentales, así como para actividades de rehabilitación psicosocial para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

«La bajada de ese 20% nos ha hecho bastante daño. Ya hemos tenido que tomar medidas y reducir la jornada laboral del personal que teníamos contratado para prestar nuestros servicios. Han sido comprensibles y han aceptado, pero lo que estamos tratando por todos los medios es que esa bajada de las ayudas no nos obligue a tener que reducir el servicio a nuestros asociados. El número de enfermos mentales va en aumento y cada vez tenemos más casos en la asociación. Somos 180 socios y la tasa mensual no es fija porque cada cual da en función de sus posibilidades».

En los últimos meses, Asofem ha registrado un descenso en el número de personas inmigrantes. «Unos se van porque abandonan el país, otros porque no pueden hacer frente a la cuota. No paramos de luchar para sacar dinero. Estamos en la campaña de la lotería, tenemos la comida benéfica y vamos a inaugurar la sede. Habrá que pasar el mal trago y sensibilizar a los que más pueden ayudar».

En la asociación española de la lucha contra el cáncer se ha notado el recorte pero no tanto como en otros colectivos. «Nosotros recibimos ayuda de Murcia y hacemos actividades para recaudar fondos como la comida o la venta de lotería. Tenemos 600 socios que pagan una cuota que va desde los seis euros. También hay que gente que no está dada de alta pero que colabora en otras actividades», apunta la presidenta, Fanny Blanco.

El colectivo ha recibido esta semana una subvención de 18.000 euros para su labor de asistencia sanitaria y humana a personas que padecen algún tipo de cáncer en el municipio.

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