LA SANGRÍA DEL DESEMPLEO / Las cifras

Los contratos temporales contienen el paro, pero desaparecen 161.200 fijos

El Mundo, FRANCISCO NÚÑEZ, 24-10-2009

El desempleo baja en los meses de verano en 14.100 personas, aún así se destruyen 74.800 puestos de trabajo y el Gobierno reconoce que seguirá el deterioro laboral Madrid


Por un lado, la contratación estival en los servicios (particularmente en la hostelería y en la construcción por el PlanE), y por otro, la caída de la población activa (personas de entre 16 y 65 años con intención de trabajar, es decir la suma de ocupados y parados) son las causas principales de la breve tregua del paro en el tercer trimestre del año. El Gobierno reconoció ayer que sólo se trata de un paréntesis porque el desempleo va a seguir aumentando en los próximos trimestre. El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, anunció ayer «deterioros adicionales» próximos.


Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el desempleo bajó en este periodo en 14.100 personas (en el trimestre anterior subió en 126.700), hasta un total de 4.123.300, tras dos años de alza ininterrumpida. En un año el desempleo subió en 1.524.600 personas. La tasa se situó en el 17,93% (la más elevada desde el cuarto trimestre de 1998), una centésima más que el trimestre precedente, como consecuencia de una nueva caída, la segunda consecutiva tras ocho años de crecimiento ininterrumpido, de la población activa.


Según Francisco Aranda, presidente de la patronal de grandes empresas de trabajo temporal (Agett), «si la población activa no se hubiese reducido, el paro se habría incrementado en 163.800 personas en este trimestre».


¿Qué está ocurriendo? Pues que el desánimo se ha instalado entre la población por la crisis y hay menos personas que tienen intención de buscar empleo porque no lo van a encontrar. Así, la fuerza laboral se ha reducido a niveles de hace un año y se encuentra ya por debajo de los 23 millones (22,9 millones). Esto ha provocado que además crezca el número de los inactivos, es decir de quienes no tienen intención de trabajar, hasta los casi 15,5 millones (lleva un año creciendo). Son los que por edad o enfermedad no puede trabajar o los que, pudiéndolo hacer, no quieren o no pueden ponerse a ello.


De esos 22,9 millones de la población activa, 4,1 millones son parados, y el resto ocupados. Este colectivo de empleados es el que está descendiendo a marchas forzadas por la crisis. En este periodo ha encadenado su octavo trimestre de caída continuada. Hace dos años había 20,5 millones de puestos de trabajo en España, y ahora sólo existen 18,8 millones.


Por tanto, ahora mismo existen los mismos puestos de trabajo que había hace cuatro años (en el segundo trimestre de 2005 había también 18,8 millones de ocupados). Esto quiere decir que en materia de empleo ha habido una regresión de cuatro años. Y va a continuar la destrucción.


Según la EPA, entre julio y septiembre se volatilizaron 74.800 empleos (casi 1,5 millones en un año), de los cuales 87.600 los desempeñaban hombres. Es decir, sigue el duro ajuste en la cohorte de población laboral donde se registra el mayor número de contratos indefinidos, la que registra más antigüedad.


Esto se observa en la caída de los asalariados dentro de este colectivo de ocupados. En el tercer trimestre desaparecieron 86.700 nóminas respecto a los tres meses anteriores. Ahora mismo sólo hay 15,6 millones de trabajadores por cuenta ajena frente a los 16,7 millones de hace un año (la diferencia hasta 18,8 millones corresponde al número de autónomos).


Es el resultado de que en este periodo haya aumentado la contratación temporal por el verano de 74.500 personas mientras, y es lo más peligroso incluso para la recaudación de Hacienda, el número de asalariados con contrato indefinido bajó en 161.200. Ahora mismo sólo quedan 11,6 empleados fijos mientras los temporales superan los 4 millones. Por tanto, la destrucción de empleo se concentra de forma exclusiva en los de contratación indefinida, y la única posibilidad de ser contratado, aunque sea en época estacional, es con carácter eventual.


Este aumento de los temporales (desde el inicio de la crisis hace dos años no se producía) es quien ha propiciado el descenso del paro. Y es la población extranjera la más contratada. Sólo hay que ver que el desempleo decreció en este trimestre entre los inmigrantes en 32.200 personas mientras aumentó en 18.000 entre la población española.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)