Artículo de Josep Cuní: 'Cuestión de miedos'

El Periodico, JOSEP Cuní, 23-10-2009

Es en la crisis cuando los extremos afloran. O maduran. Lo que sucede a los británicos con el British National Party se parece a lo que vivieron con Le Pen en Francia. Que su aumento de simpatías y votos se fragua entre la población obrera y en los barrios pobres. Tanto, que en las últimas elecciones locales, las del batacazo laborista, el BNP fue segunda fuerza en algunos enclaves y después se hizo con dos escaños en Estrasburgo en las europeas. El aumento del paro fue directamente proporcional a su popularidad: «Trabajos británicos para ciudadanos británicos», clamaban. Algo parecido se le escapó al ministro Celestino Corbacho en España.
Así pues, ¿por qué una televisión pública sustentada por la tasa que pagan todos los espectadores no puede entrevistar al líder de una formación sin presencia en Westminster? Precisamente por esto, responden oficialmente las voces de los partidos tradicionales. ¿Es suficiente? No, según Mark Byford. Por eso el subdirector general de la BBC ha contestado que no es el papel de la televisión de todos ejercer la censura sobre un partido, aunque sea tildado de racista. Y como el popular espacio Question time da la voz a representantes de los grupos parlamentarios, más un nutrido público, que sea Nick Griffin quien corra sus riesgos y asuma sus responsabilidades.
No obstante, la razón oculta de los censores es en realidad otra. El miedo a que el BNP sume a costa de quienes no resuelven los problemas reales. Claro que será a fuerza de demagogia y populismo. Tan cierto como la tendencia oficialista a creerse propietaria de lo público y olvidar que es el oscurantismo el alimento de los alternativos.

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