La posibilidad de que Nick Griffin ocupe este jueves un asiento en el programa estrella de la BBC es cada vez más incierta. La presión para que el político de extrema derecha no sea invitado a «Question Time» ha llegado hasta tal punto que el denominado «BBC Trust», el organismo que representa al ciudadano en las decisiones de la pública, ha pedido al director de la cadena que reconsidere su decisión. Hasta la fecha, la cadena siempre ha defendido la «imparcialidad» a la que se debe la pública, pero cada día surgen obstáculos. El último tuvo lugar ayer, cuando varios ex altos mandos denunciaron en una carta lo que califican de intento del Partido Nacional Británico (BNP) de «secuestrar» para sus propios y dudosos objetivos a las Fuerzas Armadas. La formación ha utilizado reiteradamente en su propaganda política insignias, imágenes del ex primer ministro Winston Churchill y fotografías de soldados. Los militares lo denuncian, ya que dicen no identificarse con un «partido de racistas».