Ningún político ha querido compartir mesa con Griffin, en cuyo partido no pueden inscribirse ni negros ni asiáticos.

No hay duda de que esta semana el programa estrella de la BBC, «Question Time», marcará un hito en la historia de la pública. El formato será el mismo de los últimos 30 años, pero la presencia de uno de los invitados nunca había levantado tanta expectación y, sobre todo, tanta polémica. Tras meses de deliberaciones, la cadena pondrá finalmente este jueves una silla a Nick Griffin, líder del partido radical BNP, junto al resto de políticos.

Racista y homófobo
Hasta la fecha, ningún personaje público había querido compartir pantalla con el extremista. Sus comentarios racistas y homófobos y sus soluciones para acabar con los delincuentes y pedófilos –a los que quiere aplicar la pena de muerte– conseguían actuar como el mejor repelente. De hecho, su partido no admitía hasta hace dos días a negros o asiáticos en sus filas. Sin embargo, contra todo pronóstico, la formación consiguió en junio dos escaños en las elecciones europeas y fue entonces cuando se planteó el dilema: ¿debería ahora ser tratado como el resto? A la BBC le costó tiempo responder, pero finalmente claudicó. La pública, al fin y al cabo, está obligada a tratar a «todos los partidos políticos con registro ante la Comisión Electoral con la debida imparcialidad». Pero la decisión ha causado gran revuelo.
Y es que nadie quiere tener cerca a Griffin. Empezando por los mismos vecinos del barrio del oeste de Londres donde se localiza el plató de televisión. Conscientes de que sus intervenciones siempre terminan con peleas entre la Policía y los grupos antifascistas, que ya han dicho que se acercarán a verle, han pedido que el programa se grabe en otro estudio. Pero sus súplicas no han sido atendidas. Al igual que las amenazas del secretario de Estado para Gales, Peter Hain, que ayer manifestó que estaba dispuesto a demandar a la cadena.
La tensión no parece que haga muchos estragos en el BNP. Todo lo contrario. La formación se dedicó ayer a criticar en su página web a dos de los tertulianos del programa. A uno, por su origen paquistaní. A otro, por decir que los europeos adoraban a iconos negros durante la Edad Media.