La Hispanidad, unida por la música

ABC, JOSÉ M. CAMARERO | MADRID, 12-10-2009

El paseo del Prado era ayer Madrid, pero también Bogotá, Santo Domingo y, como novedad para este año, una pequeña Habana, Cádiz… Y otras tantas decenas de capitales iberoamericanas, que se unieron en el Festival Vivamérica con la música como elemento común denominador y el castellano – «el español», como dirían allí – como idioma central.

Decenas de miles de personas acudieron a esta tercera edición del festival de la integración, en su última jornada, en la que los inmigrantes que viven en Madrid pusieron todo el empeño en el desfile más multitudinario de los realizados hasta ahora.

Desde mucho antes de las seis de la tarde, la plaza del Emperador Carlos V estaba repleta de jóvenes dispuestos a pasar una tarde diferente y, sobre todo, musical. Y es que, desde allí partirían las tres grandes carrozas que portarían a los artistas invitados: Fito Páez, Víctor Víctor y Mojarra Eléctrica. Pero la sorpresa llegó, para la mayoría, mucho antes de que estos cantantes iniciaran sus actuaciones.

Quienes nunca habían acudido a Vivamérica no sabían que lo mejor estaba en el asfalto, donde grupos de cubanos bailaban al ritmo de las comparsas; los ecuatorianos deleitaban a los asistentes con danzas de su país; y los dominicanos animaban a la multitud con bailes como el «regetón». Además de los grandes artistas internacionales, cada país de uno y otro lado pusieron lo mejor de sus tradiciones musicales para hacerse con el público y «pasarla» fenomenal.

Estos pequeños grupos, de cuya presencia casi nadie conocía, animaron a quienes, poco a poco, se iban acercando al paseo del Prado, a pesar del calor. «No íbamos a venir, pero al final nos hemos animado y, la verdad, aquí hay mucha marcha», afirmaban David y Juan. «Yo ya vine el año pasado y me gustó mucho, porque puedes bailar libremente en medio de la calle y recordar a los tuyos», indicaba Mariela. Ella, como otros muchos inmigrantes presentes en la Marcha de Vivamérica, mantenía en la retina el recuerdo de sus familias, sus amigos y sus casas al otro lado del Atlántico.

Y como Iberoamérica es muy extensa, era necesario contentar a todas las opciones musicales posibles. «Echamos mucho de menos a los nuestros y cosas como ésta nos hacen sentirnos más cercanos de nuestras raíces», afirmaba Victoria, boliviana, con más de seis años a sus espaldas en España.

Ritmos para todos

Para los más atrevidos, estaba preparada la cumbia, el «funk» y los sonidos africanos de la mano de Mojarra Eléctrica. No eran precisamente los ritmos más esperados por los asistentes, pero la implicación de los componentes del grupo con el público logró entusiasmarles y prepararles para el siguiente grupo: Víctor Víctor. Cuando sus canciones comenzaron a sonar en la carroza que lo transportaba, un multitudinario grito se oyó en el paseo del Prado. Y es que, había llegado la hora de la bachata, de la mano de su máximo exponente.

A partir de ese momento, el asfalto sirvió como pista de baile, en la que las jóvenes dominicanas movían su cuerpo sin parar. Sin embargo, como en las grandes ocasiones, el mejor momento se hizo esperar. Y fue la aparición de Fito Páez, quien hizo las delicias de ciudadanos de uno y otro lado del «charco». El artista aprovechó para cantar algunas de sus canciones más conocidas al salir de la plaza que rodea Atocha, cuando ya parte de la marcha se encontraba en la Cibeles.

Vendedores ambulantes

La jornada sirvió, además, para conocer algunas tradiciones culinarias del otro lado del océano. No faltaron todo tipo de puestos y vendedores ambulantes a los que se podía comprar helados de plátano y limón con canela, piezas de maracuyá o bebidas refrescantes a base de frutas tropicales. Todo un gusto para una acalorada tarde. «Llevo viniendo tres años y cada vez me gusta más», afirmaba Héctor, quien recordaba que han sido muchos los actos, además de esta marcha, con los que se ha potenciado el Día de la Hispanidad. Él, como otros asistentes a este megaconcierto, asegura que también ha participado en algunas de las conferencias y exposiciones que ha venido organizando la Casa de América en las últimas jornadas dentro de este festival que cada vez se consolida más. «América Latina no es sólo diversión y bebidas, es mucho más», comentaba orgulloso.

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