El Ararteko alerta de la "preocupante" intolerancia de los adolescentes vascosEl 40% de los padres es partidario de la bofetada como método de castigo

Diario de noticias de Gipuzkoa, txus díez, 29-09-2009

Casi la mitad de los encuestados rechaza la visibilidad de los homosexuales y un 30% no quiere inmigrantes en su clase

vitoria. Los viejos clichés, prejuicios y muestras de intolerancia que definen el aspecto más negativo de la sociedad han pasado de padres a hijos en Euskadi prácticamente intactos. El Ararteko, Iñigo Lamarca, presentó ayer en el Parlamento Vasco el informe La transmisión de valores a menores , un documento que revela ciertos datos “preocupantes”, tal y como los definió el propio Lamarca.

Así, casi la mitad de los niños de ocho a doce años rechazan las muestras públicas de cariño entre parejas homosexuales, un 30% prefiere no compartir clase con niños inmigrantes, cuatro de cada diez se han burlado o han insultado a sus compañeros y un tercio ha recurrido a la violencia para dirimir sus disputas en el colegio.

Según el Ararteko, los datos recogidos en esta encuesta, elaborada entre 1.829 escolares de los tres territorios, son más un fiel reflejo de los valores que se les ha inculcado en casa que de la educación que reciben en la escuela, o de la influencia de los amigos, aspectos que, por otro lado, no se pueden obviar.

En cualquier caso, Lamarca emplazó a los padres vascos a “no hacer dejación” de sus funciones como padres, algo no siempre fácil en una sociedad en la que la conciliación entre la vida familiar y la laboral se hace cada vez más complicada. El Defensor del Pueblo vasco cree que se ha descargado demasiada responsabilidad en la escuela, cuando en realidad es en el hogar donde más se forma la escala de valores de unos jóvenes que, por otro lado, según van creciendo, leen menos y asumen menos responsabilidades en las tareas del hogar.

El fresco sobre los adolescentes vascos, que en principio puede parecer desolador, tiene también sus luces, como la solidaridad mostrada con los menores discapacitados o el alto grado de tolerancia que exhiben cuando se habla de cuestiones generales. Es al entrar en el detalle, cuando se les pregunta si aceptarían a un amigo homosexual o cómo deben repartirse los roles en el hogar según el sexo, o bien cuando se recaba su opinión sobre el colectivo gitano, cuando aparecen los viejos valores heredados durante generaciones.

Por ello, Lamarca abogó por diseñar un plan integral en educación que señale el camino correcto a unos jóvenes separados de sus progenitores por el modo de vida de éstos y por las nuevas tecnologías. El informe destaca que los jóvenes pasan cada vez más tiempo pendientes de la pantalla del televisor, del móvil, del ordenador o de la videoconsola, estableciendo “relaciones con personas anónimas” y utilizando medios tecnológicos que los padres desconocen. “Los padres no saben usar las nuevas tecnologías ni las posibilidades que tienen y los menores no tienen quien les enseñe”, afirmó al respecto.

vitoria. Tanto el padre como la madre trabajan, y mucho, para sacar adelante a sus hijos. Eso les impide pasar tiempo con ellos y colaborar en la formación de su personalidad. Dice el Ararteko, Iñigo Lamarca, que los padres vascos delegan la formación a la escuela y tienen fama de ser permisivos, de no poner límites a sus hijos, que no aprenden a renunciar a sus deseos.

Y, sin embargo, un 40% de los progenitores de la CAV legitima la bofetada como un método correcto para enseñar a sus hijos lo que está mal. Según Fermín Barceló, responsable de Área del Menor del Ararteko, esta justificación del castigo corporal “es un contravalor” que se debe evitar, pues “la práctica de la violencia, aunque sea de una intensidad menor, puede legitimar su uso contra los profesores o los propios padres”. Barceló cree que ese 40% revela "un fenómeno nada desdeñable, que luego se refleja en los chavales. "Hay focos significativos de jóvenes, sobre todo chicos, que manifiestan una tolerancia hacia la violencia, que explica comportamientos como el bulling ", aseguró Lamarca.

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