La población musulmana celebra hoy el final del mes de Ramadán

Diario Sur, NAIMA MOHATAR, 21-09-2009

Después de treinta días de ayuno, los más de 30.000 musulmanes que residen en Melilla celebran hoy Aid El Fitr, la fiesta que marca el final del mes sagrado para los creyentes islámicos. La Pascua del Desayuno cierra un ciclo lunar correspondiente al noveno mes del calendario islámico y que se caracteriza por la purificación del cuerpo y la introspección espiritual a través del ayuno desde la salida del sol hasta el ocaso. La alta población de religión musulmana con la que cuenta Melilla hace que este periodo que hoy finaliza se integre en la cotidianeidad de una población acostumbrada a las manifestaciones religiosas de todas las culturas que en ella conviven, traspasando el espacio físico de los hogares de los musulmanes y sus lugares de culto para mostrarse en todos los rincones de la ciudad.

Con un rezo multitudinario que se celebra en la explanada de Cabrerizas, los fieles melillenses agradecen la fuerza concedida durante un mes y que les permite mantenerse alejados de las tentaciones y los malos pensamientos. El fin último del Ramadán está muy ligado a la filosofía islámica de la meditación, la bondad y la caridad hacia los desfavorecidos, obligaciones que todo buen creyente debe mantener a lo largo de su vida. El acto de la felicitación entre los musulmanes se realiza una vez los miembros de la familia que hayan acudido a rezar regresan a casa, marcando el momento en el que se puede volver a una vida regular durante el resto del año.

Gesto «espiritual»

El hecho de que se rija por el calendario lunar ha provocado que el Ramadán que este lunes termina haya coincidido en su mayor parte con un mes de agosto especialmente caluroso. Teniendo en cuenta que los musulmanes no pueden ingerir bebidas hasta la puesta de sol y que durante el verano los días son más largos, cabe pensar que ha sido un mes especialmente duro de superar. Sin embargo, los creyentes aseguran que «la fuerza interior de cumplir con los mandamientos de Alá hace que el ayuno se convierta en un gesto mental y espiritual» y que, mientras se realiza, el cuerpo obedece a la mente «y no siente hambre, sed o fatiga».

El pensamiento colectivo de un pueblo que acepta al resto de culturas y la absoluta integración de las costumbres musulmanas en la vida popular y laboral melillense ha provocado que la ciudad se haya convertido en objeto de las miradas de otras que reclaman una similar aceptación de los colectivos religiosos. Así, los sindicatos mayoritarios de Alicante reclamaron a la Administración un trato para los trabajadores musulmanes como el que a éstos se les da en Melilla. La intención era que los empresarios respetaran las costumbres de sus trabajadores islámicos y les permitiesen adaptar su horario laboral al religioso.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)