EL REGRESO DE ARMAND

«No sabía que mis compañeros de la UPV pudieran quererme tanto»

Armand Nong, el joven camerunés estudiante de Ingeniería Técnica que fue deportado por no tener papeles, regresó ayer al País Vasco

Diario Vasco, JAVIER PEÑALBA, 20-09-2009

Armand Nong, el joven camerunés estudiante del campus donostiarra de la Universidad del País Vasco que en primavera fue expulsado a su país por no tener la documentación en regla, ya está de nuevo en casa. Con puntualidad británica, el avión que le traía desde Yaundé, la capital de su país, tomó tierra a mediodía de ayer en Barajas. En la terminal le esperaban su madre, Dora, sus hermanos y varios amigos. El encuentro resultó tremendamente emotivo. No podía ser de otra manera. «Estoy muy contento de estar otra vez en Euskadi. Durante todo el tiempo que he estado fuera ha habido instantes en los que llegué a pensar que ya no podría regresar», relató a este periódico el estudiante al poco de pisar tierra en Madrid. Ayer descansó en Vitoria, en casa de su madre, Dora.
- Ya está otra vez en casa. ¿Qué tal el reencuentro con la familia?
- Ha sido fantástico, muy emotivo. Ha estado superbién. Después de tanto meses alejados de todos ellos, volver verlos y poder abrazarlos ha sido muy bonito. Estoy muy contento.
- Cabe imaginar que han sido seis meses complicados.
- La verdad es que sí. La deportación fue muy dura. De pronto me vi de nuevo en mi país, lejos de los míos, con el curso comenzado… Fue como dar un paso atrás, me alejó de las metas que me había fijado.
- ¿Llegó en algún momento a pensar que tu retorno era poco menos que imposible?
- De vez en cuando sí que me invadía esa sensación. Han sido meses de incertidumbre, sobre todo cuando sólo hallaba silencios a las preguntas que planteaba sobre mi situación. Eso realmente me preocupaba. No obstante, he de reconocer que, a pesar de esos momentos difíciles, siempre he confiado en que antes o después retornaría al País Vasco.
- Durante este tiempo ha permanecido en un congregación de salesianos.
- Así es. Me han atendido muy bien. Me han tratado como a un hijo. No tengo palabras para expresar lo agradecido que estoy. He dejado allí muchos amigos. Me han apoyado y ayudado un montón.
- ¿Después de meses sin poder acudir a clase, ¿cree que el curso que había iniciado está ya perdido?
- Para nada. Estoy en segundo de Ingeniería Mecánica y todavía albergo la esperanza de que me permitan presentarme a los exámenes, al menos en algunas asignaturas.
- ¿Ha podido estudiar algo allí?
- He hecho lo que he podido. Cuando me sentía animado, cogía los libros, los cuadernos y venga, me ponía a estudiar. En Camerún disponía de todo el material de estudio, ya que me lo habían enviado por valija diplomática.
- Como ya sabe, sus compañeros se movilizaron para que usted pudiera regresar cuanto antes.
- Lo sé. He podido seguir todas las movilizaciones que han realizado a través de los medios de comunicación. Además, durante el tiempo que he permanecido fuera he mantenido contacto con varios de ellos. He estado al corriente de todo lo que hacían.
- ¿Le ha llegado, por tanto, el calor y apoyo de sus colegas?
- Por supuesto. Estoy abrumado por todo lo que han hecho por mí. He sentido todo su apoyo y cariño. No sabía que mis compañeros pudieran quererme tanto. Han estado pendiente de mi situación en todo momento. Muchas gracias a todos.
- ¿Tiene previsto celebrar su regreso con ellos?
- Me han dicho que mañana, primer día del curso, tienen previsto prepararme una sorpresa. No sé en qué va a consistir. Estoy un poco nervioso. Ya veremos de qué se trata. Espero estar allí.
- ¿Va a proseguir los estudios en San Sebastián.
- Sí claro, esa es mi intención. Si no hay complicaciones, el curso próximo volveré a estar en Donostia. En su ciudad me encuentro como en casa. Además, los compañeros que tengo son estupendos. El ambiente es extraordinario.
- ¿Armand, qué sucedió para que fuese expulsado?
- Pues algo tan sencillo como que los papeles que tenía no estaban en regla.
- Las autoridades españolas dicen que ha sido culpa suya. ¿Qué opina?
- Lo único que puedo decir que es que yo en todo momento he tratado de aportar la documentación que se me exigía. Sin embargo, siempre que me dirigía a la Administración a legalizar mi situación me ponían nuevas trabas; que si faltaba un documento, que si no tenía otro… Yo ponía todo de mi parte, pero creo que ellos no hacían lo mismo. Siempre faltaba algo. Por eso, tampoco estoy de acuerdo del todo con esa afirmación de que toda la responsabilidad de lo que ha sucedido ha sido mía. Ellos también podrían haber colaborado más.
-¿Ahora que ha regresado, tiene aún que formalizar algunos documentos?
- No lo sé. Tengo que analizar la situación y ver los trámites que restan por cumplimentar. No sé como está el caso.
- ¿Esta vez no habrá problemas?
- Confío en ello. Yo estoy dispuesto a hacer lo que me digan. Antes también procuré hacerlo, pero no salió como esperaba.

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