La novelista narra la vida y cautiverio de una mulata en «La isla bajo el mar»

Isabel Allende: «Hoy hay más esclavos que nunca»

La Razón, 17-09-2009

Isabel Allende eludió los rodeos y habló de manera directa y franca, sin entretenerse en circunloquios. «No es un tema antiguo. Hoy en día hay más esclavos en el mundo que nunca. No se reconoce, pero existen 27 millones de personas  en esa situación. Sobre todo en el sudeste asiático y a nadie le importa». La escritora publica «La isla bajo el mar» que aparece de manera conjunta en Plaza & Janés y en la editorial Círculo de Lectores. La narradora cuenta la historia de Zarité Sedella, una mulata que rememora su vida desde que tenía nueve años y que es vendida como esclava al francés Toulouse Valmorain, propietario de una extensa plantación de azúcar en el Santo Domingo del siglo XVIII. «Ella existió. No creo en fantasmas, pero se me ha aparecido en sueños. Sé como habla, sé como huele. La tengo metida dentro», aseguró.

Mano barata
Un trabajo amplio y exhausto que investigó y que metabolizó. «Las formas de esclavitud son tan antiguas como el mundo. En Haití preferían traerlos de África antes que mantenerlos con vida porque creían que era más barato. He pasado dos años pésimos, enferma del estómago. Creí que estaba enferma, pero al terminar este libro, pasaron todos esos síntomas. Averiguar de lo que es capaz el ser humano es muy doloroso», afirmó durante la presentación ayer de su última novela.
La autora arremetió contra los prejuicios racistas, muy presentes, según ella, todavía en Estados Unidos. «La elección de Barack Obama ha sido fascinante, porque hay mucho racismo oculto en este país. Existe una amplia población que se han criado en un mundo segregado y ver a la familia Obama en la Casa Blanca les irrita. También es cierto que existe una generación al que el color de la piel de Obama les da igual».
Allende recordó que, de pequeña, no quería ser como su madre. Quería ser como su abuelo o su tío, que eran los que tenían el poder y el dinero. Después descubrió que esa rebeldía tenía un nombre: feminismo. «Cuando se habla de los derechos humanos se habla de los derechos del hombre. En África existen miles de mujeres que sufren en caso de guerra. Creo que el gran proyecto de las mujeres hoy es la paz, porque son precisamente ellas las personas que más padecen las situaciones bélicas. El patriarcado –subrayó– se sostiene en el militarismo».

 

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