La falta de vigilancia desplaza a Gambia la salida de los cayucos

En las costas de Gambia ahora no está presente la Guardia Civil española, que sí forma parte del dispositivo de Frontex que se encuentra en Mauritania y Senegal. Las expediciones clandestinas de los cayucos aprovechan los ríos del país, que son navegables, para salir hacia Canarias, simulando faenas de pesca.

El Día, DORY MERINO, Tenerife, 15-09-2009

Los dos últimos cayucos con inmigrantes subsaharianos que han llegado a Tenerife en este mes han partido de Gambia, país en el que existe menos vigilancia que en Senegal o Mauritania y que, además, cuenta con numerosos ríos la mayoría navegables por donde salen las embarcaciones clandestinas que se dirigen a Canarias, simulando faenas de pesca.

Los investigadores del fenómeno migratorio y, en concreto, de estas expediciones que tienen como destino el Archipiélago canario, apuntan que los múltiples afluentes del principal río de Gambia, que lleva el mismo nombre del país, donde se practica la pesca del langostino, son uno de los lugares utilizados para que los cayucos salgan hacia alta mar sin ser detectados.

Además, ahora, en Gambia no está presente la Guardia Civil española, que sí forma parte del dispositivo de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) que se encuentra en la costas de Mauritania y Senegal. De esta forma inician su travesía hacia el Archipiélago las embarcaciones con inmigrantes, que, además, inician el viaje navegando en línea recta, hasta adentrarse en el océano, con el fin de burlar la vigilancia que existe en las costas de los dos países limítrofes por el norte.

El pasado domingo alcanzó la costa sur de Tenerife una de las embarcaciones características de Gambia, con 77 subsaharianos a bordo, entre los que pueden encontrarse 13 menores de edad, y los servicios de rescate se sorprendieron al comprobar que se trataba de la segunda llegada a Tenerife de un cayuco procedente de Gambia, cuando el anterior había alcanzado el sur de la Isla apenas cinco días antes, concretamente el día 8 del presente mes, en esa ocasión con 68 personas, entre las que también se encontraba un número similar de niños.

El Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) sí detectó la embarcación del pasado domingo, por lo que fue posible que las embarcaciones de rescate salieran a su encuentro y los agentes pudieron detectar quién era el patrón de la barcaza.

Un “coladero”

Gambia es uno de los países que este año han estado en el punto de mira del Gobierno de España, precisamente porque en los últimos años se ha tenido conocimiento de que es un país por el que se colaban muchos de los cayucos que llegan a las costas canarias.

Gambia, situado en un enclave estratégico, ha sido tradicionalmente una zona de tránsito para la inmigración irregular y uno de los principales puntos de salida de embarcaciones clandestinas, junto con Senegal, Mauritania y Marruecos.

Precisamente por este motivo, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, realizó una visita a ese país africano, el pasado mes de marzo, y, entre las actividades que llevó a cabo, se subió a una patrullera de la Armada gambiana para recorrer las tranquilas aguas de la desembocadura del río Gambia, donde pudo comprobar sus afluentes y el tránsito de cayucos de pesca.

En ese mes, España entregó dos vehículos todoterreno, dos zodiac, cinco motos, un equipo de transmisiones y de visión y teléfonos móviles a las autoridades de este país para “consolidar la colaboración” entre ambas naciones.

El Ejecutivo español se volcaba así con el que es el estado más pequeño de África Occidental, un minúsculo “coladero” por el que han pasado miles de inmigrantes.

Presencia de España

La Guardia Civil española estuvo unos meses en Gambia, con la misión de formar a los marineros locales en la vigilancia de las costas. Para ello España los dotó de dos patrulleras, una de las cuales se quedó pronto inutilizada porque se rompió el motor, y donó 250.000 euros anuales para el mantenimiento y el combustible.

La vicepresidenta anunció que España tendrá una embajada en Banjul. Es otra prueba más de que nuestro país se está volcando en este estado musulmán de 1,7 millones de habitantes, también lugar de tránsito de explotación laboral y tráfico sexual de mujeres y niños.

Sin embargo, tal y como aseguraron observadores internacionales en África Occidental, Gambia no ha firmado acuerdos de control de la inmigración semejantes a los que existen con Mauritania o Senegal.

En cambio, España sí ha incluido a Gambia en las prioridades geográficas del nuevo Plan Director de la Cooperación 2009-2012. En los dos últimos años le han dado seis millones de euros centrados en programas de formación profesional, desarrollo rural, empleo y educación. Es otra forma de frenar la inmigración: dotar de recursos y oportunidades al país para que sus ciudadanos no quieran marcharse. Y, asimismo, presionar, con estos incentivos, para que las autoridades locales se tomen más en serio la cuestión migratoria.

Pero, según las mismas fuentes, Gambia ha decidido, de forma unilateral, suprimir temporalmente los incipientes acuerdos propuestos por España para frenar las salidas clandestinas.

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