REGRESO A LAS AULAS Por primera vez en diez años se reduce la llegada de alumnos extranjeros

¿Dónde está Omar?

La Vanguardia, SARA SANS - Tarragona , 15-09-2009

Cuatro Mohameds, Issam, Wissal, Malak, Ilyas… Veinte de los 22 niños que ayer comenzaron P3 en el colegio de la Candela de Valls son hijos de inmigrantes. El año pasado lo eran todos. Por primera vez en una década, el porcentaje de alumnos extranjeros en las aulas catalanas ha disminuido, pasando del 13,7% del año pasado, al actual 12,6%. Las cifras todavía son provisionales y es probable que se modifiquen a la baja, porque muchas de las familias que se han ido del país no lo han notificado a la escuela.

“La matrícula se dará de baja si a los dos meses no ha aparecido el alumno”, explica el delegado de Ensenyament en Tarragona, Vicent Villena. El cambio de tendencia, a la baja, comenzó a registrarse durante el curso pasado, cuando se fueron más alumnos extranjeros de las aulas catalanas (25.119 en total) de los que llegaron (24.149 altas con el curso comenzado). Hasta entonces la “matrícula viva” (la que se formaliza fuera de los plazos establecidos) siempre había registrado un saldo positivo.

El contexto económico ha frenado la llegada de inmigrantes hasta el punto que en Tarragona, el año pasado comenzaron el curso 11.000 inmigrantes frente a los 3.900 matriculados este año.

“Se registra una baja de alumnos extranjeros en pueblos y, sin embargo, se mantiene en las capitales de comarca”, añade Villena. La posibilidad de encontrar trabajo más fácilmente en las ciudades o el hecho de tener familiares y amigos en localidades más pobladas también ha provocado un movimiento de familias hacia poblaciones medianas y grandes. La disminución de alumnos extranjeros ha frenado la apertura de aulas de bienvenida educativa y en Tarragona se ha reestructurado la infraestructura para atender a estos niños, “hemos trasladado a personal de apoyo del Alt Camp y la Conca de Barberà hacia otras escuelas que lo necesitan más”, añade Villena.

El colegio de la Candela de Valls, que este curso celebra su 75. º aniversario con la remodelación integral de sus instalaciones – de los años treinta sólo queda una vieja pizarra restaurada-,es uno de los centros que históricamente ha acogido a alumnos recién llegados. Durante los años sesenta fueron inmigrantes españoles; durante los setenta los hijos de familias de pueblos de alrededor que se mudaron a Valls; a partir de los 90 alumnos de origen magrebí (que son más de la mitad en el colegio) y más tarde, sudamericanos y de los países del este de Europa.

“El año pasado dejaron de incorporarse alumnos durante el curso, lo que sí que requiere un esfuerzo mayor por parte de los docentes”, explican Llorenç Gimeno, director del centro, y Linda Pàmies, una de las veteranas del colegio, donde trabaja desde hace 36 años. Con 195 alumnos, el 77% son extranjeros. Para atender la diversidad, los tres grupos de párvulos cuentan con cuatro tutoras y una técnica infantil. Ayer, día de adaptación: “Algunos niños no nos entienden y tampoco han ido a la guardería…, pero pronto se adaptan”, dice la maestra.

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