Iwasaki traza una caricatura cómica de los tele-españoles

El autor publica ´España, aparta de mí estos premios´

La Vanguardia, JOSEP MASSOT - Barcelona , 13-09-2009

Fernando Iwasaki es un un peruano de origen japonés disfrazado de andaluz que ha desempolvado la literatura cómica para dibujar un retrato gamberro de la España cutre de hoy, la de los hijos de aquella Celtiberia Show del rosario y del esperpento convertidos hoy en la de los tele-españoles adictos al reality show. Todo ha cambiado en la Piel de Toro menos el esperpento, según la visión que ofrece en España, aparta de mí estos premios (Páginas de Espuma). “Hay dos Españas, la que ríe y la que no”, dice el escritor, que sabe reírse de sí mismo (Mi poncho es un kimono flamenco)o pinta bigotes a la solemne efigie de Unamuno (El sentimiento trágico de la Liga).

“Siempre ha habido dos extremos en España y hace falta una distancia risueña. La tuvo Berlanga, aunque creo que hoy una película sobre la Guerra Civil como La vaquilla no sería tan bien recibida como en su día”, dice Iwasaki, que vive en Sevilla desde hace veinte años, donde dirige la revista Renacimiento.

Iwasaki exagera en su libro la comicidad de un mundo explorada por Bolaño en Sensini,el del escritor que concursa a cuantos premios municipales se celebran en la Península con relatos clónicos. La diferencia es que el autor peruano se atreve con el disparate: el leit-motiv de los cuentos es la aparición de un soldado japonés de las Brigadas Internacionales que, como aquellos nipones ocultos en las selvas de Birmania, se mantenía en lucha por la República, ignorando que la guerra había acabado hacía 70 años. El libro – siete cuentos reproducidos junto con las bases y las delirantes actas del jurado-,“no es una crítica al tinglado de los premios, a España o a los japoneses, sino a la idiotez de la sociedad del espectáculo y a ese intento de suplantar la sociedad civil por las audiencias, creyendo que los ratings son una suerte de barómetro democrático de algo”.

El escritor cree que la estrategia para medirse con los efectos devastadores de los programas basura no “es el rasgamiento de vestiduras y el sermón cascarrabias, sino el humor; no el humor del que cuenta un chiste, sino el humor que genera risa y reflexión sobre el motivo de por qué te ríes, ese humor que es una manera de ver la realidad y expresa un pensamiento. El de Borges, Cunqueiro, Cabrera Infante, Ibargüengoitia o Cortázar”.

Andalucía, Catalunya y País Vasco son los escenarios de su libro. “El humor andaluz – opina el autor-está próximo a lo cómico; el vasco es inglés, inteligente y fino porque sabe reírse de sí mismo, como ese vasco que va a una librería y pide un mapamundi de Bilbao. El catalán es más intelectual, despiadado contra sí mismo, con una gran tradición común que se ve en Sagarra, Pla, Monzó, Pàmies o Vila-Matas”.

¿En qué se distingue el fervor por la sociedad del espectáculo española de la del resto del mundo?

Iwasaki no duda: “En la entronización de lo rosa. La prensa rosa, léase Hello!,es la gran aportación de la prensa española al mundo. El 90% de los debates televisivos son sobre temas rosa, el 8% sobre fútbol y el 2% sobre otros temas, incluidos los políticos. En los demás países hay una tradición de debates políticos, aquí, en cambio, cuando hay, se eligen a los entrevistadores, se pide un cuestionario previo o siguen el esquema de los programas de cotilleo”.

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