Confidencias

Un jardín en verano

Deia, Borja Buján, 14-09-2009

eSTE verano, entre otras cosas, he montado un jardín en el patio de Garabat. Gracias a dos buenas amigas, la disposición de alguno de los participantes en el concurso de jardines que se organiza bianualmente en Bilbao y la colaboración, también, de familiares y amigos, ha surgido un nuevo espacio verde enmarcado en pizarra negra donde seguirán cayendo bragas, pinzas y zapatillas. Nuestra motivación para esta empresa era ofrecer un lugar de recreo donde invitar a todo el mundo a realizar aquello que más le guste: fumar, hablar o tomar un vermouth con rabas. Puede ser todo a la vez o también algo que no tenga nada que ver. Buscamos la participación.

Casi al mismo tiempo que nosotros trabajamos cortando pizarra, volcando tierra y discutiendo sobre si arandela grande o pequeña, justo enfrente de nuestro local, en los escalones de una asociación que ayuda a la integración de los inmigrantes del barrio de San Francisco, se plantaba, en una sola mañana, un nuevo jardín con objetivos opuestos a los nuestros. Para impedir la perpetua residencia de camellos y gente sin nada que hacer sentados frente al local de la ONG, habían decidido colocar unas jardineras con tierra muerta en la que no crecerá ni una mala hierba. Eso sí, cuenta con unos decorativos pinchos que dificultarán el aposento de cualquier culo durante demasiado tiempo. Es una invitación a marcharse de allí, acentuada además, con la palabra respeto escrita en diferentes idiomas.

No hace falta explicar cómo afecta al desarrollo diario de la actividad de la galería el tener frente a ella un continuo mercadeo de objetos robados. Los móviles son el producto estrella, también se ven bicicletas y algo sorprendente, tarjetas de creditrans (la explicación para estas últimas es que en las máquinas del metro no se pide clave para adquirirlas así que, tras robar una cartera, es fácil hacerse con una pequeña inversión en transporte público). Para qué hablar de la continua visita de gente enganchada a todo tipo de drogas. Discusiones, policía, menores peleándose para pasar el rato… Vamos, más de uno hubiera huido ya a otra zona donde la vida no se consumiera tan rápido.

San Francisco es un barrio también con mucha energía positiva pero la mayor parte de lo bueno está por llegar. En Garabat hemos decidido esperar, intentando crear nuevos espacios de participación pero sí… Algunos días también pensamos en llenarlo todo de alambradas. Afortunadamente, de momento, aguantamos con media sonrisa.

Borja Buján es dueño de Galería Garabat http://garabat.wordpress.com

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