Arranca el juicio por el asesinato de un radical que ha marcado dos años de violencia callejera

ABC, CARLOS HIDALGO | MADRID, 13-09-2009

Mañana, después de casi dos años de protestas, manifestaciones y batallas campales, arranca por fin el juicio contra el presunto autor de la muerte del menor antifascista Carlos Javier Palomino Muñoz, de 16 años. El adolescente fue acuchillado en el corazón, supuestamente, por un joven neonazi y militar en el interior de un convoy de Metro, en la estación de Legazpi, el mediodía del 11 de noviembre de 2007.

No será éste un juicio ajeno a la polémica. La plataforma ultraizquierdista Coordinadora Antifascista y la Asociación de Víctimas de la Violencia Fascista, Racista, Homófoba y Compañeros de Carlos – que preside la madre de la víctima – han convocado entre mañana y el día 24, de 9.00 a 12.00, concentraciones de apoyo a la familia. Gozan de la autorización administrativa. Por ello, habrá una visible presencia policial ante la Audiencia Provincial de Madrid, ubicada en la calle de Santiago de Compostela, 96, junto al barrio del Pilar (Fuencarral – El Pardo).

A la luz del escrito de la Fiscalía madrileña, Josué E. de la H., el presunto autor de la muerte de Carlos Javier, lo va a tener bastante negro. El Ministerio Público solicita, como ya adelantó ABC, un total de 29 años de prisión para el acusado, por los delitos de asesinato (17 años e inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena); homicidio en grado de tentativa (12 años e inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena), y una falta de lesiones (pena de dos meses de multa con una cuota diaria de 10 euros).

El relato de los hechos que realiza la Fiscalía detalla que, sobre las 12.00 horas del día de autos, «el procesado se encontraba en un convoy de la línea 3 de Metro para asistir a la manifestación autorizada por la Delegación del Gobierno y organizada por Juventudes de Democracia Nacional de Usera, de ideología fascista». Cuando el Metro llega a la estación de Legazpi es el momento en que se desata la tragedia. Para la Fiscalía, el acusado «se percató de que en el andén, y con intención de entrar en el vagón donde él se encontraba, había un grupo numeroso de jóvenes antifascistas, quienes, a su vez, habían convocado una contramanifestación». Entonces, antes de que el convoy parase, Josué habría sacado una navaja que portaba y, tras ocultarla en la cara posterior del antebrazo, se dirigió a una de las puertas del vagón.

Directo al corazón

Allí se quedó mientras entraban Carlos y sus amigos. El menor «le realizó unos comentarios, cuyo contenido se desconoce, a los que el procesado respondió, de manera inesperada y con la finalidad de acabar con su vida». La navaja se la clavó directamente en el corazón. La herida fue de 7 centímetros. A Carlos apenas le dio tiempo a bajarse del vagón. Ya en el andén, se desplomó, y murió prácticamente en el acto.

Ante la mirada atónita de amigos y resto de pasajeros, el procesado «comenzó a blandir la navaja hacia ellos, quienes abandonaron el vagón». «Si bien – añade el fiscal, como puede apreciarse en las imágenes registradas por la cámara de seguridad del vagón – , alcanzó con la navaja al testigo protegido número 1, al que ocasionó una herida incisa superficial en un dedo de la mano derecha». Luego, cuando el testigo protegido número 10 se dirigió hacia el reo, para desarmarle, éste le agarró, «con la finalidad de acabar con su vida», y le acuchilló en el pecho.

Josué salió corriendo, llegó a la calle y fue perseguido por un grupo de jóvenes «no identificados», quienes, al darle alcance, después de ser detenido por la Policía, le golpearon.

El procesado, al que también le fue intervenido un puño americano, lleva en prisión provisional desde el 13 de noviembre de 2007. La Sala Primera de la Audiencia tiene prevista para mañana la declaración del acusado.

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