Nuevas bandas latinas en guerra

Dominican don't play y Trinitarios han pasado de ser pandillas poco conflictivas a sembrar de violencia las calles en Madrid

El Correo, CARLOS HIDALGO, 13-09-2009

Las bandas latinas asentadas en España viven una situación de enfrentamiento a vida o muerte y la sangre ha comenzado a correr ya en Madrid. Ya no son aquellos Latin Kings y Ñetas que protagonizaron actos violentos y sufrieron el acoso policial y judicial hace varios años, sino una segunda generación de grupos violentos de origen, ésta vez, dominicano. Son los llamados Dominican don’t play (DDP) y Trinitarios. Esta última, casi desconocida en España, se ha colocado en el punto de mira de los especialistas. El asesinato en Madrid el pasado 4 de septiembre de un menor de 17 años sospechoso de engrosar las filas de los DDP a manos, presuntamente, de otro menor trinitario en la zona de discotecas latinas en los bajos del centro financiero de Azca tiene en alerta a la Policía. No ha sido el único suceso vinculado a esta guerra. En la misma zona de Madrid, el 5 de febrero de 2006, el ecuatoriano de 25 años Ramón Emilio León Luzón moría acuchillado a manos de cinco trinitarios que robaron una cazadora. El arma estaba escondida en una maceta de los bajos del complejo empresarial madrileño.

La situación en España, más concretamente en la capital, es preocupante. Los DDP comenzaron a tomar las calles a mediados de 2004 y, en su gran mayoría son menores de edad – a excepción de sus líderes, que no sobrepasan los 25 años – . Su estética es rapera, con ropas anchas con los colores de la República Dominicana: azul (lealtad), blanco (luz) y rojo (sangre). «Han vivido del beneplácito que supuso en aquella época que las Fuerzas de Seguridad estuvieran más centradas en los Latin Kings y los Ñetas», analiza Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia.

Muchos de estos jóvenes delincuentes, para los que la vida no tiene ningún valor, pertenecen ya a una segunda generación de inmigrantes. Expertos policiales los definen como meras bandas de barrio, pero muy peligrosas. Tanto que el Ministerio del Interior dio orden el pasado julio a la Policía y a la Guardia Civil para que aumentase la vigilancia y control de las bandas juveniles. Se está elaborando un mapa de riesgo con las zonas de actuación, un censo de grupos y un registro de sus páginas web.

Un policía con larga trayectoria profesional en delincuencia juvenil afirma que «de fondo, no hay ninguna diferencia real entre DDP y trinitarios». No tienen ideología como tal. Sólo el control del territorio y la lucha por el poder. «Se reúnen en canchas de baloncesto y, si se produce algún altercado por miembros de la otra banda, se juran venganza. Son grupos desorganizados que se forman, desde el punto de vista geográfico, según donde residan sus padres», añade este especialista del Cuerpo Nacional de Policía.

Grupos «guerreristas»

El origen de los Trinitarios en España se debe a una escisión. Concretamente, al DDP ‘Tonytoca’ que, por diferencias con la cúpula del grupo en España, viajó a la República Dominicana, donde tomó contacto con los Trinitarios. «Allí fue bendecido por el patriarca de la banda de aquel país y le encargó que montara el grupo en España». Y se crearon dos, uno en Cuatro Caminos y otro en Legazpi. Cada capítulo tiene su líder, llamado «guerrero universal», de quien dependen los «soldados». Su estructura y funcionamiento son calificados por los expertos como «guerreristas».

Los DDP son un poco más «veteranos». Su fundación data de 1984, en Nueva York, donde se les conocía en un principio como Dominican Power y sus enemigos iniciales eran los afroamericanos. Pasados los años, el número de adeptos ha ido incrementándose y tienen una presencia muy importante en portales de Internet como YouTube o Myspace.

Todos los expertos se preguntan: ¿Es posible una expansión y, lo que es peor aún, una «profesionalización» de estos grupos en España hasta el punto de alcanzar la extrema peligrosidad que han obtenido en Estados Unidos? La Fiscalía General de Madrid da pistas sobre ello. «En la actualidad, el grupo o banda más activa son los Dominican don’t play – indican fuentes del Ministerio Público, con 58 detenciones en 2008 – . La banda de los Trinitarios ha vuelto a reaparecer en el escenario delictivo después de estar prácticamente inactiva en los años anteriores. Y ha aparecido un nuevo grupo, denominado My Family, cuya estabilidad y permanencia debe ser objeto de observación».

Un informe fiscal sobre los hechos acaecidos durante 2008 califica a las bandas latinas de «grupos organizados y jerarquizados en torno a una estructura rígida y piramidal». «Poseen una fuerte cohesión interna, una adhesión incondicional de sus miembros al grupo y un distanciamiento social originario. Su financiación proviene de las cuotas obligatorias que deben abonar sus miembros y del botín de los robos con violencia que ejecutan». Aunque este último punto es más característico de los dos grandes grupos, los Latin Kings y los Ñetas.

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