A la calle en recuerdo de Carlos

El País, PILAR ÁLVAREZ, 13-09-2009

La manifestación comenzó con gritos de “¡Josué asesino!” tras una pancarta con letras enormes: Sin justicia no habrá paz. Miles de personas – entre 2.000, según la estimación policial y los 6.000 que calculó la organización – marcharon ayer por la tarde desde Plaza Elíptica a Legazpi en recuerdo de Carlos Javier Palomino, el joven de 16 años que murió apuñalado en noviembre de 2007 en un vagón del metro de Legazpi. El juicio comienza mañana en la Audiencia Provincial con el interrogatorio al acusado, Josué Estébanez, al que ayer dedicaron muchas de las proclamas.

“¡Josué fascista, estás en nuestra lista!”, gritaban. El rostro de Palomino estaba grabado en banderas, en carteles, en una pancarta que reclamaba Ni olvido ni perdón, en camisetas. María Victoria Muñoz, la madre del fallecido, llevaba una. La mujer encabezó la marcha y atendió a la prensa. Reclamó “un juicio justo” para su hijo. “Vamos a intentar que Carlos sea reconocido como víctima del fascismo”, añadió. Cruzó en silencio la boca del metro de Legazpi en la que murió su hijo, adornada con flores.

Palomino subió aquel día al vagón con un grupo de amigos. Iba a reventar una manifestación contra la inmigración convocada por las Juventudes de Democracia Nacional. Se cruzó con Josué Estébanez, un militar que supuestamente se dirigía a la marcha xenófoba. Intercambiaron unas palabras. El soldado le asestó una puñalada. Luego se encaró con sus compañeros y apuñaló a otro en las costillas. Hizo un saludo nazi. Salió huyendo perseguido por los amigos de Palomino. Todo quedó grabado en las cámaras del metro.

Estébanez permanece en prisión provisional desde aquel día. El fiscal pide para él 29 años de cárcel, 17 por asesinato y 12 por intento de homicidio. Las acusaciones particular y popular (la familia de Palomino y Movimiento Contra la Intolerancia) reclaman más pena y que se considere un crimen ideológico.

Casi dos años después de la puñalada, junto a la estación donde ocurrió todo, la madre de Palomino agradeció ayer el aplauso y el grito de “Carlos, hermano, nosotros no olvidamos”. La marcha transcurrió casi en paz durante dos horas. Hubo dos incidentes. Las amenazas a los periodistas gráficos para que no tomaran imágenes más allá del perímetro marcado por la organización. Y el episodio protagonizado por una mujer, que intentó adentrarse en la cola de la marcha con un cuchillo, según contaron desde la organización y confirmó una fuente policial. La redujeron. Según un manifestante, “era una nazi”. La policía no corroboró ese extremo.

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