La mañana de ayer fue ajetreada en la casa de Ruth Rodríguez.
Aprovechando el día festivo, pues el 11 de septiembre es la fiesta nacional de la comunidad de Cataluña, con su hija Allison Miñán dedicaron buena parte del tiempo a alistar los libros que la niña deberá llevar al colegio el lunes, cuando oficialmente arranca el año escolar en España. A un costado Alejandra, la otra pequeña de la familia, miraba la escena persuadida de que ella deberá pasar por el mismo trance, porque a sus 4 años ya debe ir al parvulario.

Allison, al igual que su madre, nació en Guayaquil. Tiene 12 años, y desde hace 9 reside en L’Hospitalet, ciudad colindante con Barcelona. Estudia en el colegio San Gervasio, donde comparte sus días con 30 compañeros, 3 de ellos ecuatorianos, 12 de otros países y el resto españoles. Su mayor ilusión es terminar el bachillerato y estudiar medicina.

El número de alumnos inmigrantes en las clases españolas no se ha incrementado a los niveles de otros años. Los extranjeros son 743.696, el 5,88% más que la cifra registrada en el 2007, según el informe Datos y Cifras. Curso Escolar 2009 – 2010. El 40,7% de los alumnos foráneos es originario de América del Sur, especialmente de países como Ecuador y Colombia. Mientras que el 28,6% viene de otras naciones europeas y el 20,6% de África.

Ángel Gabilondo, ministro de Educación, confirmó que el incremento de 41.304 alumnos extranjeros matriculados respecto al año anterior es muy inferior al de los últimos cuatro años, en los que el crecimiento se había estabilizado en torno al 15% anual.

Sin embargo, el informe no recoge la cifra de alumnos locales hijos de extranjeros, y que son españoles. Son los casos de Marcos Zúñiña Rivera y su hermano Brooklin, de 5 y 3 años, respectivamente, quienes residen en la localidad de Granollers –a 30 minutos de Barcelona–, y que este año van a parvulario. Su madre, Silvia Rivera  –oriunda de Buena Fe–, comentó que el menor de sus niños lleva ese nombre en honor al hijo de David Beckham, el famoso futbolista inglés.

“Ahora que los chicos  han terminado las vacaciones comienzan los problemas, porque los niños entran a las nueve y salen a las cuatro de la tarde. Pero es muy difícil coordinarlo todo, porque al no tener la familia a mano, tenemos que hacer muchos esfuerzos para dejarlos en la escuela y retirarlos, sin que nos afecte en el trabajo”, explicó Silvia Rivera.

El mismo inconveniente tiene Ruth Rodríguez, que cada día se levanta a las cuatro de la mañana para trabajar entregando pan. Por suerte, cuenta con una hermana, que se encarga de dejar a sus dos hijos en la escuela.

Pero por la tarde contrata a una “canguro” por 300 euros mensuales. Se trata de una mujer boliviana que retira a sus hijos del colegio y los cuida hasta que ella retorna al hogar.

“Tengo que arreglar las cosas de esta manera, ya que mi marido volvió hace un año a Ecuador para preparar el regreso. Pero no sé si volveremos, porque parece que las cosas no están muy bien por allá”.

Según Ruth Rodríguez, en España también hay ciertas ventajas a la hora de escolarizar a sus niñas. Por ejemplo, no es necesario ir a matricularlas, trámite que solamente hay que hacerlo cuando los menores entran por primera vez a la escuela. De ahí, cada año, la matriculación es automática.

“Así uno se evita los trámites y las colas. Eso sí, hay que comprar los libros que cuestan unos 150 euros. De ahí hay que pagar 80 euros mensuales por el comedor (los niños comen en las escuelas)”.

En Cataluña, la educación se imparte en catalán, situación que ha obligado a los padres extranjeros a tener un conocimiento de la lengua.

Ruth Rodríguez confiesa que tuvo que aprender catalán para ayudar a su hija en los deberes. No lo habla, pero lo entiende perfectamente.

A 30 de junio del 2009, en España residían 71.533 euatorianos entre los 0 y 16 años de edad. A partir de los 3 años, la escolarización es obligatoria.