Un vídeo, que arrasa en internet, ha puesto en apuros al ministro del Interior francés, Brice Hortefeux, uno de los principales hombres de confianza del presidente Sarkozy. Sus ambiguas declaraciones, muy sospechosas de racismo, tras fotografiarse con un militante de origen magrebí en la universidad de verano de la UMP, el partido del Gobierno, han desatado una fuerte tormenta política. La oposición pide su cabeza.
«Siempre hace falta uno. Cuando hay uno, vale. Es cuando hay muchos que surgen los problemas». La frase la dijo Hortefeux el pasado sábado, justo después de que una mujer presentara al joven magrebí como «nuestro pequeño árabe» y especificara que no se era un musulmán practicante. «Este come cerdo y bebe cerveza», subrayó la mujer.

POCO CONVINCENTE / Las explicaciones de este amigo íntimo de Sarkozy no han resultado muy convincentes. Primero dijo que hacían referencia a la cantidad de militantes que querían fotografiarse con él. Poco coherente, este argumento fue cambiado después por otro: «Ninguna de mis palabras hace referencia a una persona o a una comunidad concretas. Se produjeron después de hacer bromas sobre mis orígenes de Auberne», se defendió.
Aunque el sonido del vídeo es deficiente, no se escucha alusión alguna a la región del ministro. Las acusaciones de racismo lanzadas por asociaciones como SOS Racismo y por la izquierda, que juzgan «indignante» el comportamiento del ministro, caen en terreno abonado.
No es la primera vez que Hortefeux hace declaraciones más que dudosas sobre su adhesión al principio republicano de la igualdad de los ciudadanos al margen de su procedencia. La exministra de Justicia Rachida Dati y la secretaria de Estado para las ciudades, Fadela Amara, ambas de origen magrebí, han sido objeto de comentarios poco afortunados. «Es una compatriota, incluso si eso no es evidente, lo preciso», dijo una vez en referencia a Amara.