Piden la dimisión del ministro francés del Interior por racista

El Mundo, RUBÉN AMÓN / CORRESPONSAL, 12-09-2009

Un vídeo doméstico muestra a Hortefeux criticando a los inmigrantes árabes París


El joven Amine Benalia – Brauch, de padre argelino y madre portuguesa, se ha convertido en la estrella de la actualidad francesa. Es militante del partido gubernamental (UMP) y tuvo ocasión de mantener una desenfada charla con el ministro del Interior, Brice Hortefeux, aunque el vídeo doméstico que grababa el cara a cara contiene un desliz polémico a propósito de los árabes y de su conflictividad.


«Siempre hace falta uno [un árabe]. Cuando hay uno, bien. Los problemas vienen cuando hay muchos», declara Hortefeux en un pasaje de su comparecencia en la Universidad de Verano del UMP.


Amine Benalia protagonizó ayer otro vídeo en primer plano para ubicarse al lado de Hortefeux y negar cualquier comportamiento incorrecto del titular de Interior, pero la oposición socialista exige la cabeza del ministro de Sarkozy por haber incurrido en una irresponsable actitud racista.


«La cuestión no es preguntarse si debe dimitir o no Brice Hortefeux. La cuestión consiste en saber por qué todavía no lo ha hecho y qué pinta aún al frente del ministerio», señalaba Benoit Hamon en nombre del Partido Socialista.


La beligerancia de la izquierda equivale a la consternación que el traspiés de Hortefeux ha provocado en las asociaciones musulmanas y de derechos humanos. SOS Racismo lamentaba ayer el profundo malestar que ha engendrado el testimonio, mientras que la Unión de Estudiantes Judíos de Francia reprochaba a Hortefeux sus inaceptables devaneos racistas.


Semejante unanimidad es tan curiosa como la fuerte reacción de los medios informativos. Todos, salvo los más progubernamentales, despachaban el vídeo como el gran escándalo de la jornada. El diario Le Monde se ha convertido en la televisión de los internautas gracias a la exclusiva del vídeo en su web, mientras que Amine Benalia competía con el suyo tratando de salvar el cuello de Hortefeux.


Pero no hace falta. Ya se ocupan de hacerlo los primeros espadas del Gobierno. Empezando por el primer ministro, François Fillon, cuya interpretación de los hechos se relaciona con el prosaico recurso de una trampa mediática. «Estamos delante de una manipulación», se defendía el propio titular de Interior. «Se ha sacado de contexto una frase y se le ha dado la vuelta. No voy a plegarme a los caprichos de la oposición. Es una polemica artificial», añadía Hortefeux con todo el apoyo del UMP.


No tiene desperdicio el vídeo doméstico. Tanto por las palabras del ministro del Interior como por el modo en que la familia del militante expone al muchacho como ejemplo de integración: «Come cerdo y bebe alcohol», dice sonriendo uno de los allegados a Amine Benalia.


Brice Hortefeux celebra las noticias tratando paternalmente al muchacho, pero ignora, o parece hacerlo, que una cámara en miniatura asiste al encuentro, que se celebró, para más señas, el 5 de septiembre. Una semana después, la resaca tecnológica amenaza el porvenir político de Hortefeux. Anteriormente ocupaba el ministerio de Inmigración y de Identidad Nacional, pero Nicolas Sarkozy decidió promocionarlo a Interior el pasado mes de junio como premio a su lealtad. Personal e ideológica.

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