el regreso de ArmandEl camerunés de la UPV, más cerca de casa

Diario de noticias de Gipuzkoa, jorge napal / joseba imaz, 11-09-2009

donostia. El calvario para Armand está próximo a concluir. El joven camerunés estudiante en el campus donostiarra de la UPV que fue deportado a su país de origen por su situación administrativa irregular ha dejado de figurar en la lista de expulsados. El complejo trámite burocrático para obtener el visado que le permita tomar el avión de vuelta se ha desbloqueado y el estudiante podría regresar a casa en los próximos días. El chaval no descarta presentarse a los exámenes de septiembre si llega a tiempo.

La Subdelegación del Gobierno central en Gipuzkoa otorgó la revocación de su expulsión el pasado 5 de agosto, pero hacía falta materializar en los hechos esa decisión. En las últimas semanas han sido frecuentes las visitas del joven al consulado en Camerún, donde siempre recibía la misma respuesta: “mientras continúes como expulsado no hay nada que hacer”.

Ésa es la situación que acaba de cambiar cuatro meses después de su deportación. El consulado por fin ha recibido la notificación por la cual Jacques Armand Nong ha dejado de figurar en la lista de expulsados, lo que le impedía hasta ahora solicitar el visado para su regreso al País Vasco. “El último escollo se ha salvado y por fin se ha podido iniciar el trámite”, confirma a este periódico Xabier Bengoetxea, el abogado del joven estudiante.

esperanza

Presentarse a los exámenes

Este periódico conectó ayer telefónicamente con el joven estudiante, que se encuentra en Yaoundé (Camerún), quien se mostró “esperanzado” por el desarrollo de los trámites administrativos. “Si me dan buenas noticias, quizá la semana que viene pueda volver y hacer algún que otro examen”, afirmó, en referencia a la concesión del visado que le permita volver a Donostia. Por el momento, ya ha puesto en manos de la Administración toda la documentación necesaria para conseguir el permiso.

Armand fue detenido el pasado 28 de abril y expulsado un día después debido a su situación administrativa irregular. El chaval, con residencia en Labastida (Álava) donde vive con su familia, viajaba a diario al campus donostiarra de la UPV, donde cursa estudios de Ingeniería y se ha ganado el cariño del entorno académico. Alumnos y profesores no han dejado de animarle vía e-mail en todos estos meses durante los que se está alargando su forzada estancia en el continente africano.

A Jaques Armand, que llegó a Vitoria con 15 años acogiéndose a la fórmula de reagrupación familiar, la Policía le dijo un día que su pasaporte se había perdido. Le dieron una fotocopia y le obligaron a sellarla cada mes, un procedimiento que suele ser habitual para controlar a las personas que se encuentran en situación irregular. En una de esas ocasiones, seis días antes de que venciera el plazo, el joven fue a sellar su fotocopia y terminó arrestado.

prudencia

Hasta conseguir el visado

Tras ser deportado, el estudiante apareció inconsciente en Yaoundé, la capital de Camerún. No tiene a ningún familiar en aquel país, y los Padres Salesianos le acogieron con la esperanza de que se solucionara pronto el caso. La espera se ha prolongado más de lo esperado y el desgaste del joven es evidente, ya que incluso ha sufrido el azote de alguna enfermedad.

Este periódico ha podido ser testigo en reiteradas ocasiones de la mella en el estado anímico que ha dejado en Armand recibir una negativa tras otra. “Ha habido momentos en los que parecía que el caso se iba a solucionar, pero luego llegaba el jarro de agua fría. Por eso, hasta que esté de nuevo en casa es probable que no se lo crea”, sospecha el letrado, que a pesar de las buenas noticias que por fin rodean al joven no quiere echar las campanas al vuelo. “Dejar de figurar en la lista de expulsados ha sido un trámite mucho más largo en el tiempo de lo que nadie pensaba en un primer momento, por lo que hay que apelar a la prudencia”, sostiene.

El representante legal del joven estudiante, con quien ha mantenido contacto vía e-mail durante todo el verano, asegura que Armand se encuentra bastante mal anímicamente porque el tiempo en el que ha estado expulsado le ha impedido continuar con sus estudios como a él le hubiera gustado.

Para que el caso concluya es preciso que el Ministerio de Asuntos Exteriores y las subdelegaciones implicadas (la de Gipuzkoa y Álava) estudien la solicitud de visado en ciernes. Si bien la petición se ha realizado en el consulado de Yaoundé, es el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno central junto con la subdelegación de Álava donde Armand tiene su residencia y la de Gipuzkoa, que es la que revocó el expediente de expulsión, la encargada de su tramitación.

Siempre que el proceso concluya sin contratiempos, Armand recibirá un visado de estudiante, que en adelante tendrá que ir renovando conforme a lo establecido por la ley. Bengoetxea agradece la implicación de la Administración, consciente de que no resulta habitual revocar una orden de expulsión y conceder de nuevo el visado una vez que se ha ejecutado la medida.

La comunidad de Padres Salesianos que han acogido en su seno a Armand también han sido testigos directos de todo el proceso. El religioso José María Sabé informó ayer a este periódico de que Armand está viendo “la luz al final del túnel”, aunque ya haya perdido los exámenes de junio y “probablemente” parte de los de septiembre. “Si llega de forma inmediata podría hacer alguna prueba, antes de que se inicie el periodo de matriculación en la universidad. Pero una demora de dos semanas en el trámite del visado podría ser fatal”, reflexionó. Este padre Salesiano definió como “un gran paso” la eliminación de Armand de la lista de expulsados y se mostró confiado en que prosperen los trámites iniciados para conseguir el visado.

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