“Habrá reencuentro de culturas”  

Prensa Libre, 10-09-2009

Rosalina Tuyuc es una de las mujeres mayas más conocidas por su lucha a favor de la dignidad y la recuperación de las víctimas del conflicto armado interno. Ahora, considera que es importante seguir trabajando para que las nuevas generaciones hereden un país con mejores condiciones de las que a ella y muchas indígenas les tocó vivir.

Desde los 13 años, Tuyuc ha estado involucrada en la defensa de los derechos humanos, después de una larga historia de pérdidas personales y luchas por los derechos de las viudas de la guerra, pese a lo cual reconoce avances significativos en la toma de conciencia de los pueblos indígenas, y la esperanza de seguir trabajando por el bien de las próximas generaciones.

La más grande son las distintas expresiones culturales que hay, la riqueza cultural. La cultura maya, que es la que más conozco, ha aportado como una de las grandes civilizaciones que no ha muerto. Ha contribuido mucho al sostenimiento del Estado, en cuanto al aporte de las comadronas, de la medicina natural, de las autoridades tradicionales, de la resolución de conflictos en comunidades, a través del arte, y los idiomas.

Una de las barreras muy fuertes es la situación de exclusión y el sistema de racismo. Hay que erradicar el hecho de que los pueblos indígenas no nos sintamos plenamente partícipes de toda la situación política y económica.

El cambio es la toma de conciencia de que somos diversos y todos formamos parte de este país. Otra de las cosas que también debemos hacer es responsabilizarnos de nuestro rol para ir formando a la niñez, desde nuestras casas, desde las escuelas. La sociedad debe tomar conciencia del rol que nos corresponde controlar, aportar, y de dar nuestros servicios para los cambios que necesitamos de acuerdo con la coyuntura.

¿Qué avances positivos observa en los derechos indígenas por los que lucha?

Un avance es que los pueblos mayas hemos tomado conciencia de que también hemos aportado a mejorar el país, si bien es cierto que no estamos dentro del proceso de toma de decisiones.

Ningún esfuerzo individual puede ser posible si no hay otros actores. Pero desde Conavigua hemos logrado dar fin al reclutamiento militar forzado, sembrar en las mujeres esperanza y la autoestima, de que no por ser víctimas de la guerra vamos a ser víctimas para siempre. Hemos aportado en cuanto a la toma de conciencia de la necesidad de que se reconozca el papel de las mujeres, y también las políticas nacionales contra el racismo.

Lo más importante es tener vida, para disfrutar de los hermosos que son sus lagos, las montañas, ser parte de esa diversidad cultural. Yo me siento orgullosa de tener sangre maya; cada uno estamos en ese proceso de retomar nuestras raíces culturales. Todo lo que se sufre no es responsabilidad de las culturas, sino de las personas, que no hacemos el buen uso.

He tenido la dicha de viajar a otros continentes y he visto que Guatemala es la tierra excepcional que nos dejaron los antepasados, y eso es muy lindo y hermoso. Creo en los cambios, creo que va a llegar un reencuentro entre las culturas y un reencuentro con nosotros mismos, y obviamente lo que no hemos podido cuidar, todos lo tenemos que reconstruir de nuevo.

Queda mucho por hacer e incidir. Estoy convencida de que los cambios se van a dar si preparamos a los niños, a la juventud; ya no queremos que la juventud sea violenta, sino apta para el cambio de esa nueva sociedad. Siento que ya di mi aporte, pero tengo todavía mucho que dar, hasta donde las fuerzas me alcancen.

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