* "No son chicas de prostíbulo" - RAÚL MONTILLA * Ciutat Vella es "especial" (cont.) * Amás de 200 metros de una escuela Las nigerianas, en su mayoría indocumentadas, no podrían trabajar en locales

"No son chicas de prostíbulo"

* "No son chicas de prostíbulo" - RAÚL MONTILLA * Ciutat Vella es "especial" (cont.) * Amás de 200 metros de una escuela Las nigerianas, en su mayoría indocumentadas, no podrían trabajar en locales

La Vanguardia, , 10-09-2009

RAÚL MONTILLA – Barcelona

Los turistas no perdían detalle de la redada policial, que no encontró rastro de las prostitutas
Medianoche del miércoles. Nueva redada policial en el Raval con Mossos d´Esquadra, Guardia Urbana y Policía Nacional. No detuvieron a nadie y tampoco lo esperaban. De las chicas nigerianas, ni rastro. Y entre los agentes, cierta acritud, a la espera de medidas para que una vez regresen en unas semana y que se vayan los periodistas – esto lo remarcaban-,todo no vuelva a la cotidianidad.

“¿Qué pasará con las chicas nigerianas? Esa es la pregunta del millón. Aunque digan de hacer un barrio dedicado a la prostitución, seguirán siendo indocumentadas y no podrán trabajar. No son chicas de prostíbulo. La solución es complicada, pero compete al Estado. El Ayuntamiento poco puede hacer”, comentaba un agente.

Un joven, con acento argentino, se acercaba al Liceo, caminando desde La Rambla. “¿Piden papeles?”, preguntaba a la media noche. Un ciudadano le contestaba: “Buscan prostitutas nigerianas… pero si no tienes papeles”. “Yo sólo reparto pornografía”, seguía el joven sudamericano. Ellos eran sólo dos de los numerosos curiosos que se agolpaban frente al Liceo, puesto de mando de una nueva redada. Con ellos, turistas de pasos serpenteantes que no perdían detalles con sus móviles, mientras que en la otra mano aguantaban una cerveza.

Algunos policías se quejaban de la situación, de la alta presencia policial en el Raval cuando en otros puntos de la ciudad faltan patrullas. Del peligro de regresar a la situación de chicas asaltando a turistas cuando salen borrachos de los bares y ofreciéndoles sexo por 10 euros. Contra ellas no pueden hacer nada porque no tienen papeles. Las multas que les imponen a ellos, de 2.500 euros, rara vez se hacen efectivas.

Seguían llegando curiosos. Uno se indignaba cuando le requisaban latas a un pakistaní. “Vosotros vendéis cerveza de verdad, por lo menos no garrafón”, le decía a un grupo de pakistaníes que observaban el dispositivo policial a distancia. Su mercancía estaba a salvo. Pero de prostitutas ni rastro. Sólo había algún travestí en la parte baja de la Rambla y prostitutas, las de siempre, de la calle Robadors. “Mejor me voy de aquí que tengo cara de moro”, comentaba un ciclista que contemplaba el espectáculo.

Los lateros de la Rambla seguían observando la escena a distancia. Algunos recibían la orden de subir a la plaza Catalunya, bajar al frente marítimo o ir hasta el Born, a donde se han desplazado masivamente por la presión policial de la última semana. Allí, el paseo se lo repartían cerca de una veintena de vendedores ilegales. Pero eso sí, todas las latas en bolsas de plástico para pasar desapercibidos, y de ofrecer droga, nada.

Lateros, con sus bolsas y sus comidas que también seguían en la plaza Catalunya. A las tres de la mañana alguno ya se atrevía a ofrecer droga. Aunque, poco a poco, tanto la plaza como la Rambla comenzaba a quedarse vacía.

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