SILVIA ANGULO – Barcelona
Ciutat Vella reducirá las limitaciones que hasta ahora impedían la apertura de meublés y prostíbulos en sus calles para reubicar a las prostitutas callejeras en el “ámbito privado”. Así lo aseguró ayer la concejal del distrito, Itziar González, en su primera aparición pública desde que estallara la polémica del sexo de pago en las calles del barrio. Después de afirmar que “el Raval no está degradado, aunque sí que hay cosas que han pasado de la raya”, explicó que esta modificación se efectuará a través del plan de usos que actualmente se está redactando y debatiendo. La redacción definitiva podría estar lista a finales de diciembre.

La ordenanza de locales de concurrencia pública se modificó el año pasado para que los distritos, mediante sus planes de usos, pudieran regular la apertura de meublés y prostíbulos. La ordenanza mantuvo la obligación para los locales nuevos donde se ejerce la prostitución de mantener una distancia mínima de 200 metros con otros establecimientos de estas características, así como de centros escolares, sanitarios o religiosos. Itziar González sostiene que estas distancias son imposibles de cumplir en Ciutat Vella por tratarse de una zona muy densa.

La concejal defiende las características “especiales” del distrito en cuanto al urbanismo, al tipo de establecimientos que predomina o el uso intensivo del espacio público. Elementos que, a su juicio, la diferencian del resto de distritos de la ciudad. “Las ordenanzas se hicieron a espaldas de la especificidad de Ciutat Vella, incluso las de patrimonio no tuvieron en cuenta estas diferencias”, se lamentó. En este sentido, denunció que no puede ser que “otros distritos como el Eixample puedan tener la prostitución en el espacio privado y Ciutat Vella no”. “Todos los territorios – defendió-debemos disponer de los mismos recursos para combatir estos fenómenos”.

La concejal explicó que desde hace meses se está trabajando con asociaciones de mujeres y otras entidades para “reubicar a las prostitutas de la calle en el ámbito privado”. También aseguró que estos últimos meses se ha incrementado la presencia policial en las calles y desde principios de año se han efectuado 28 redadas contra las prostitutas callejeras. “Aún así – apuntó-no me hace ilusión que mi problema con la prostitución se traslade a otro distrito, como el Eixample, debido a la presión policial”. Por eso, apostó a atajar el problema de raíz, al tiempo que reconoció que mientras no se regule la situación, las redes de prostitución funcionen y exista demanda será difícil erradicar este fenómeno.

González reconoció que entre los vecinos existe un malestar creciente por la situación que se vive en algunas calles. Defendió el Raval de los que tienen más recursos y de los que llegan en situación precaria. “Tenemos que trabajar para todos”, dijo la concejal, quien repitió en más de una ocasión que el barrio no está degradado. Hizo referencia al cierre de apartamentos turísticos y a la lucha contra el mobbing inmobiliario.

Sobre el tema de la seguridad la concejal hizo referencia a la junta de seguridad local que funciona desde antes del verano y en la que participan los cuerpos policiales. la fiscalía y extranjería. Una coordinación que permite acabar con los actos delictivos que se producen en determinadas zonas del distrito.

Sin embargo, para la concejal del distrito los fenómenos que se producen en Ciutat Vella no sólo se deben abordar desde la implantación de un sistema policial. En este punto hizo referencia a la reforma de la plaza Gardunya y la implicación de los servicios sociales. “Creo sinceramente que estamos posicionados para liderar las políticas sociales de la globalización en los cascos antiguos”, dijo la edil.

Sobre la reclamación de los comerciantes del mercado de la Boqueria de cerrar los pórticos del recinto, Itziar González afirmó tener en marcha un proyecto para mejorar el cierre nocturno del espacio. Con todo matizó que la solución definitiva al problema no puede pasar por impedir el paso por la zona de los pórticos, ya que así sólo se trasladaría el problema a las calles del entorno y se daría marcha atrás en la recuperación de esa zona.

Por su parte, el tercer teniente de alcalde, Jordi William Carnes, explicó ayer durante la comisión de gobierno que el bipartito municipal – PSC e ICV-está de acuerdo en la prohibición de la prostitución en el espacio público. Por ello, “pidieron y exigieron” a Gobierno y Generalitat que elabore un marco legal que ayude a los ayuntamientos a luchar contra el sexo de pago callejero. Con todo, apuntó que el fenómeno se debe abordar de manera transversal y no sólo mediante la modificación del código penal.

Carnes consideró que el PSC en ningún momento ha desautorizado al alcalde Jordi Hereu, sino que ha expresado la necesidad de abordar la cuestión con serenidad y tranquilidad y “no a golpe de titular”. Anunció, eso sí, que los diferentes grupos políticos que conforman el tripartito municipal se comprometen a llevar la regulación de la prostitución en sus programas electorales para los próximas comicios.