DV. El alcalde de Errenteria, Juan Carlos Merino, se ha comprometido a mantener un encuentro con los vecinos del barrio de Iztieta con el fin de explicar los planes que el Ayuntamiento tiene para la zona, que fue escenario a principios de verano de concentraciones ante comercios regentados por inmigrantes de origen magrebí. El máximo mandatario municipal accede así a una de las peticiones formuladas por la asociación de vecinos Gurekin, que reclama una mayor implicación del Consistorio en los problemas de Iztieta. El alcalde comparecerá ante sus convecinos en la parroquia del barrio en una fecha por concretar de este mismo mes.

El compromiso de Merino es uno de los resultados de la reunión que se celebró anteayer entre los grupos políticos municipales, los representantes de la asociación vecinal y los expertos movilizados por el Gobierno Vasco para intentar desactivar el conflicto suscitado en el barrio errenteriarra. Durante la reunión, los miembros de Gurekin expusieron a las autoridades municipales sus demandas y les hicieron partícipes del «desencanto» que a su juicio existe en el barrio ante la actitud del Ayuntamiento.

Uno de los portavoces de la asociación vecinal expresó su «desánimo» debido a la ausencia de compromisos concretos por parte del Consistorio, a la vez que recordó que se mantiene la convocatoria prevista para mañana con el fin de informar a los vecinos del resultado de la reunión con el alcalde. Ese mismo portavoz indicó que la asamblea, que se celebrará a las 19:30 en la Plaza de la Diputación, podría desembocar en una manifestación en demanda de mejoras para el barrio. «En la asamblea que se celebró a finales de julio se tomó la decisión de realizar una nueva manifestación y vamos a preguntar a los habitantes de Iztieta si creen que han cambiado algo las cosas desde entonces».

Los miembros de la plataforma vecinal tienen un listado de reivindicaciones que va desde la verificación del uso que se les da a algunos locales comerciales a la construcción de garajes. Censuran la «escasa voluntad» que a su juicio muestra Merino a la hora de comprometerse a llevar a cabo esas demandas.

El alcalde, por su parte, asegura que es «el primer interesado» en solventar los problemas del barrio pero recuerda que carece de poder para solventar algunas de las peticiones que plantean los miembros de la asociación. «Piden que se hagan unos garajes en unos terrenos que son propiedad particular – explica Merino – cuando son los propios propietarios de los terrenos los que se han negado a que se hagan esos garajes. Las potestades del Ayuntamiento son limitadas y no podemos actuar como si no existiera le ley».

Otro formato

El mandatario municipal recuerda que el descenso de la recaudación ha colocado a los ayuntamientos en una situación delicada. «Si se pueden hacer las cosas se harán pero hay que tener en cuenta que la crisis nos va a pasar factura a todos», advierte. Merino, no obstante, se muestra convencido de que la mayor parte de los vecinos de Iztieta tienen una perspectiva que no concuerda con la de algunos de los líderes de la plataforma vecinal. «Tengo la impresión de que la gente del barrio no ve las cosas de una forma tan extrema», dice.

Mientras, el grupo que realiza tareas de mediación por encargo del Gobierno Vasco sigue manteniendo reuniones con diferentes colectivos con el propósito de intentar conciliar el mayor número posible de puntos de vista. El conflicto de Iztieta, que amenazó a principios de verano con desembocar en un estallido de connotaciones xenófobas sin precedentes en Gipuzkoa, parece reconducirse y adquirir un formato más convencional.