Ismaila no quiere ir al albergue

El senegalés que pidió ayuda a Azkuna se empadronará en Bilbao pero rechaza volver a Elejabarri

El Correo, TERESA ABAJO, 09-09-2009

Ismaila Samba esperó al alcalde el pasado viernes bajo el puente de Rekalde. Es lo que hacen muchos vecinos cuando se inaugura una obra, pero su caso es especial. Ni siquiera tuvo que desplazarse porque desde hace meses duerme bajo la autopista, con sus cosas guardadas en un pequeño carro y su diploma de soldador. Pidió ayuda a Azkuna rodeado de concejales y periodistas, y su fotografía en los periódicos puso rostro a la gente que vive en la calle. El alcalde le escuchó y le dio una cita para esa misma mañana, aunque fue ayer cuando los servicios sociales analizaron su situación con más detenimiento.

Ni su historia ni su nombre resultaban desconocidos para ellos. Senegalés de 47 años, hace tres que se embarcó en una patera. La travesía le ha llevado a Tenerife, Málaga, Barcelona y Bilbao. «Me hablaron de La Naval, de que aquí había trabajo», relata. En diciembre de 2008 le dieron plaza en el albergue de Elejabarri, aunque a las tres semanas fue expulsado por incumplir las normas del centro. Ayer, pasado el periodo de seis meses que se pone como ‘castigo’, volvieron a ofrecerle la entrada en el programa de media estancia pero lo rechazó, según informó el concejal de Acción Social, Ricardo Barkala.

«He estado mucho tiempo en albergues», dice Ismaila. En la calle «se está mal, la gente pasa y te mira», pero tampoco se ve de nuevo en Elejabarri, al menos por el momento. Él sobrevive a su manera, con ayuda de algunos vecinos. Sueña con «un piso» y con «hacer un curso en Bilbao» para convalidar su título, encontrar trabajo y enviar dinero a su familia. En Senegal dejó «cinco hijos, y uno ha muerto». Tiene claro que no volverá a su país. El Ayuntamiento le va a empadronar en el albergue para que pueda acceder a la tarjeta sanitaria y, cuando cumpla los requisitos, a las ayudas que le correspondan. También le ha remitido a los servicios municipales de empleo e inmigración, y mantiene la tarjeta del comedor social.

A pesar de la notoriedad de su caso, Barkala asegura que con Ismaila Samba «no se ha hecho una excepción. No le hemos ofrecido nada a lo que no tuviera derecho. En su día, sin salir en los periódicos, ya le dimos una oportunidad». El concejal cree que su historia es un ejemplo «de cómo se manipula a las personas que lo pasan mal» y huyen de su país en patera y del ‘efecto llamada’ que generan los servicios sociales de Bilbao. «La situación sigue sin ser fácil y los albergues son parches», concluye. «Hay casos como éste y más graves». Ismaila continúa en el parking, pero sabe adónde acudir. Dentro de unos días tiene otra cita con el trabajador social.

t.abajo@diario – elcorreo.com

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