Soluciones al conflicto de Iztieta

El Ayuntamiento de Errenteria y los vecinos del barrio intentan cerrar la herida que se abrió a principios de verano con el acoso a comercios de inmigrantes

Diario Vasco, 08-09-2009

DV. Vigilancia policial y diálogo. La receta que desactivó el pasado mes de julio los primeros incidentes de signo xenófobo que se registraban en Gipuzkoa sigue vigente. El incremento del dispositivo de seguridad durante el verano ha sosegado los ánimos de los vecinos del barrio errenteriarra de Iztieta. «Afortunadamente, la tensión ha disminuido y las cosas no han ido a más», decía ayer el alcalde de Errenteria, Juan Carlos Merino.


El alcalde mantuvo ayer su primer encuentro con representantes de la asociación de vecinos del barrio para intercambiar impresiones. A la reunión asistieron también representantes de los grupos políticos errenteriarras y miembros del colectivo del Gobierno Vasco encargado de mediar entre las partes. Las buenas palabras del alcalde se toparon con la aspereza de la asociación de vecinos de Iztieta, cuyos representantes consideran que el Ayuntamiento ha incumplido todos los compromisos que adquirió cuando el conflicto amenazaba con provocar un estallido social.


Merino se mostraba «razonablemente satisfecho» de cómo han ido las cosas desde entonces. «Ha habido una mayor vigilancia policial y el verano ha transcurrido con normalidad. Es cierto que se han registrado algunos sucesos puntuales pero eso es algo de lo que hoy en día no se libra ninguna localidad. Yo diría incluso que este verano la delincuencia en Iztieta ha sido igual o menor que en el resto de los barrios del municipio».


El optimismo del discurso del máximo mandatario municipal contrastaba con la visión sombría de los miembros de la asociación de vecinos. Uno de ellos aseguraba a este periódico que la tensión en el barrio se había incrementado en las últimas semanas: «Los magrebíes siguen trapicheando a sus anchas y el Ayuntamiento todavía no ha cumplido su compromiso de hacer inspecciones urbanísticas para verificar que los comercios realizan la actividad para la que el Ayuntamiento les otorgó licencia». Detrás de esta última queja figura la sospecha, sólidamente arraigada entre los vecinos, de que algunas tiendas de Iztieta son utilizadas como tapadera de negocios de prostitución y narcotráfico.



Mediación

Los miembros de la asociación acusan a las autoridades municipales de negligencia. «Han pasado ya dos meses y el Ayuntamiento no ha hecho nada. Es cierto que hay más vigilancia policial pero eso no es un tanto del alcalde sino de la Ertzaintza». Los vecinos no se oponen a la labor de mediación entre las partes que han empezado a realizar expertos del Gobierno Vasco aunque insisten en despojar al conflicto de Iztieta de cualquier connotación racista. «No estamos ante un problema de racismo, sino ante un problema de un barrio abandonado por las autoridades municipales», reiteran.

Los expertos en mediación, que dependen de Inmigración del Gobierno Vasco, han empezado a contactar con las partes enfrentadas – básicamente vecinos y miembros de la comunidad magrebí – en busca de interlocutores. Su tarea, resumía el alcalde, consistirá en la redacción de un informe con un conjunto de recomendaciones para evitar que se reproduzcan situaciones como las de principios de verano.

Los miembros de la asociación de vecinos ya anunciaron en una asamblea celebrada a finales de julio su intención de convocar nuevas movilizaciones. La última de ellas, que tuvo un amplio seguimiento, fue el 9 de julio.

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