Familias encontraron ‘el paraíso’ en Canadá

El Universo, 06-09-2009

Se autodenominan el G8 Ecuatoriano Canadiense, porque es un grupo de  ocho familias ecuatorianas constituidas por profesionales  radicados en su mayoría en Toronto, Canadá. Ellos tienen como propósito  “orientar a otros compatriotas para que puedan conseguir mejores oportunidades laborales en el país norteamericano”.

Igual que muchos ecuatorianos, dos de esas ocho familias, Aguirre – Abadíe y Chávez – Coronel, emigraron de Ecuador empujados por la crisis  bancaria y económica que afectó al país desde 1999.

Los integrantes del G8, muchos de los cuales se conocían desde Guayaquil, viajaron con visa de Canadá y al llegar a ese país se organizaron y lograron superar  barreras como el idioma (en ese país se habla inglés y francés) y hasta el clima (en enero y febrero llega a temperaturas bajo cero) para insertarse en el mercado laboral  y conseguir una vida estable.

Faustino Aguirre, uno de los  fundadores del grupo, que viajó en julio de 1999 junto a  su esposa, Laly Abadíe, y sus hijos Daniel,  Diego y Katherine,  cuando tenían 9, 3 y 1 año respectivamente, dice que la planificación y preparación es clave para estar bien en Canadá.

“Arribar a un país industrializado, con la mentalidad de triunfar y cumplir metas y objetivos, no es tan fácil sin una planificación y manejo de alternativas y riesgos”, comenta  el emigrante de 47 años. Una de sus visitas a  Guayaquil la hizo en julio pasado.

Con esta apreciación coincide su amigo José Chávez,  también de 47 años y quien emigró en julio del 2003  junto a su esposa,  Giomar Coronel, y sus hijas, Nathaly y Joamy, que  tenían 1 y 3 años, en su orden.

“Estamos muy agradecidos con Dios  y este país que nos abrió las puertas y que, a base de sacrificios, nos permitió demostrar que podíamos aportar a la economía canadiense en forma activa”, dice Chávez a EL UNIVERSO, en una entrevista por correo electrónico.

Para Jacqueline Cedeño, quien viajó  soltera a Canadá en abril de 1999, antes que las dos familias,  en ese país  “no todo es color de rosas. Pero con planificación adecuada es posible lograr y cumplir metas”, señala en un diálogo vía e – mail.

El origen del G8 se remonta a 1986, cuando Aguirre  llegó a Canadá como parte de un grupo de cinco estudiantes politécnicos que se ganó una beca por un año para completar sus estudios universitarios en el área de Informática.

“A algunos (de los cinco) nos quedó bien clara la idea de algún día regresar a ese país maravilloso, con tantos beneficios y oportunidades, especialmente a René (Bonilla), quien perseveró en el intento muchas veces, hasta que en abril de 1997 emigró (a Canadá) como el pionero en esta iniciativa, que otros siguieron con mucho éxito”, relata Aguirre. Del grupo solo los dos cumplieron su propósito de regresar a Canadá.

El detonante del cierre bancario, la dolarización y todo el efecto de la crisis económica, llevaron a Aguirre y su esposa a apresurar su trámite de emigración ante la Embajada canadiense. Ellos laboraban en empresas vinculadas a la banca, que también cerraron. 

El viaje de Jacqueline Cedeño, que se fue tres meses antes que Aguirre, tuvo un puntal. Recibió todo el apoyo y asesoramiento de quien ella califica el pionero de esta misión al país norteamericano, René Bonilla y su familia.

Los Aguirre sienten que han cumplido su sueño en Toronto. Faustino trabaja  en la compañía de consultoría de sistemas CGI, como director de Proyectos, y Laly, en el Consejo de Ministros de Educación (lo que equivale al Ministerio de Educación en Ecuador). Además tienen  vivienda y movilización propia y los estudios universitarios de sus hijos, hoy de 19, 13 y 11 años, están asegurados a través de los impuestos que pagan al estado canadiense.  

En la misma ciudad, Chávez labora en el banco CIBC como jefe de Préstamos, y su esposa, en la multinacional de telecomunicaciones Primus Canada, como asistente contable, lo que les ha permitido comprar su casa,  carro y garantizar el futuro de la educación universitaria de sus hijas de 9 y 7 años.

Cedeño, hoy radicada en Montreal y casada con el polaco Tom Snarski, labora como analista de soporte técnico en la compañía Positron, ganadora del concurso de instalación e implementación del sistema que maneja las llamadas de  emergencias en Guayaquil, adonde vino en agosto del 2008 como parte del equipo del proyecto. Su esposo es ingeniero de soporte técnico en la misma compañía.

Igual que estas familias, estudiando los idiomas que se habla en Canadá  y especializándose en carreras afines a sus profesiones, tuvieron logros similares  en los últimos diez años las familias Palacios – Ramírez, Mora – Pesantes, Santana – Soto y Cobeña Cangá, todas parte del G8 Ecuatoriano Canadiense.

“Conociendo la historia de lo que pasa y seguirá pasando en nuestro país,  la esperanza es poder regresar eventualmente a visitar a nuestras familias y disfrutar el paisaje de Ecuador”, menciona Aguirre.

Detalles: Libro
La historia del G8
Las ocho familias del grupo  G8 Ecuatoriano Canadiense tienen proyectado escribir un libro bajo el título Más allá del Paraíso, que resuma cómo lograron triunfar en ese país, sus vivencias y toda su historia en Canadá.

Referencia
El grupo busca que el libro sea una referencia para las familias que quieran emigrar de manera planificada y organizada para insertarse en una economía sólida, segura y con grandes oportunidades como es la canadiense.

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