URUMQI, China, (AFP) –
Cinco personas murieron en la ciudad china de Urumqi, capital de la región mayoritariamente musulmana de Xinjiang (noroeste), en protestas contra ataques con jeringuillas que el gobierno atribuyó a fuerzas separatistas, informaron este viernes fuentes oficiales.

Las protestas comenzaron el miércoles y continuaron hasta este viernes en la capital de una región en la que ya en julio unos enfrentamiento entre los hanes (etnia mayoritaria en China pero minoritaria en Xinjiang) y los uigures, musulmanes, se cobraron unos 200 muertos.

Al cabo de dos meses, las protestas volvieron a la ciudad de Urumqi, de 1,8 millones de habitantes, tras conocrse que cientos de personas, tanto hanes como uigures, fueron pinchadas con jeringuillas desde mitad de agosto.

Cinco personas murieron el jueves en unas protestas masivas, en las que los manifestantes culparon al gobierno regional de no protegerlos de los misteriosos ataques.

“El jueves, 14 personas fueron heridas y hospitalizadas, y cinco han muerto en los incidentes, entre ellas dos personas inocentes”, declaró Zhang Hong, alcalde adjunto de Urumqi, en rueda de prensa.

El responsable se negó a precisar lo que entiende por “inocentes” y no dio ninguna indicación sobre la identidad de las víctimas.

El responsable indicó que en las protestas de este viernes no hubo muertos.

La agencia oficial China Nueva citó a Zhang diciendo que los autores de los ataques con jeringas fueron uigures.

El ministro de Seguridad Pública, Meng Jianzhu, acusó a las fuerzas separatistas musulmanas de haber organizado los ataques, informó el viernes China Nueva.

Los recientes ataques con jeringuillas “han sido premeditados, organizados y cometidos por delincuentes incitados por fuerzas separatistas étnicas y son una continuación de los actos violentos del 5 de julio”, declaró el ministro, citado por China Nueva.

La prensa oficial indicó, citando a la policía, que un total de 531 personas fueron tratadas en hospitales tras ser pinchadas con jeringuillas en Urumqi desde mitad de agosto. Precisaron que sólo 106 de ellas presentaban “señales evidentes de ataques con agujas”.

Por el momento nadie ha resultado envenenado o infectado en los ataques, según China Nueva, y se desconoce si las jeringuillas utilizadas en los ataques contienen algo, y qué sustancia.

Veintiuna personas han sido detenidas en relación con los ataques.

Tras las protestas masivas del jueves, un millar de hanes enfurecidos por los ataques se enfrentaron el viernes a la policía en Urumqi.

A poca distancia de la gran plaza en la que tuvieron lugar las manifestaciones del jueves y de la sede del gobierno regional, la situación se tensó cuando los policías trataron de arrestar a un han que se había enfrentado a ellos.

Algunos manifestantes incluso reclamaron la dimisión del número uno del Partido Comunista en la región autónoma con gritos de “¡Wang Lequan dimisión!”.

Wang Lequan, de 64 años, a la cabeza de Xinjiang desde hace 15 años, es presentado por los analistas como uno de los aliados del número uno chino Hu Jintao.

Tras una hora, las fuerzas de seguridad lograron dispersar a los manifestantes.

Mientras tanto, los ataques con jeringuillas parecían continuar.

El viernes, tres de las personas atacadas presentaron una demanda en una comisaría de Urumqi.

“Era un uigur, estoy segura”, explicó Liu Yan, una mujer han de 21 años, que resultó herida en la mano izquierda cuando se encontraba en el exterior de una tienda de alimentación situada en un hospital.