'Maras': el centro de la violencia

Diario de Noticias, 04-09-2009

E L Salvador es el país más peligroso de Latinoamérica, con una tasa de homicidios de 60 por cada 100.000 habitantes y donde a diario son asesinadas unas 12 personas.

Las pandillas o maras , creadas sobre el modelo de bandas de Los Ángeles y cuyos miembros se cuentan por miles en El Salvador, son responsables del 60% de los homicidios cometidos en el país.

Originadas por el retorno a Centroamérica de enormes cantidades de emigrantes deportados por delincuencia desde México y Estados Unidos, surgieron en El Salvador durante la guerra civil (1980 – 1992) como grupos de jóvenes que se disputaban territorios en barrios y aldeas.

Las pandillas con mayor número de miembros son la Mara Salvatrucha y la Mara 18 , enemigas acérrimas, que juntas reúnen a unos 11.000 miembros, aunque la Policía cree que la cifra podría llegar a los 18.000.

El carácter especial de estas bandas es el uso abierto y sancionado de la violencia, ya sea como protección o como agresión, y la práctica sistemática del delito.

El consumo de drogas y el aumento constante en la adquisición y el uso de armas aceleraron esta espiral de violencia hasta límites extremos.

Pronto el narcotráfico, el tráfico de armas, los asaltos y otras actividades delictivas se convirtieron en las acciones principales de las maras .

inadaptación Son conocidos por emigrar a EEUU y seguir las actividades delictivas en otros países por inadaptación y falta de educación, además de querer lograr el sueño americano.

En varios países se lleva a cabo una ola de programas de readaptación social, impulsada entre otros por antiguos miembros de dichas pandillas, para salvarlos de ese mundo violento en el que viven y lograr la paz social y contribuir con el crecimiento y desarrollo de la sociedad en la que viven.

Su principal fuente de ingresos, además de las remesas que les envían centroamericanos desde Estados Unidos, son las extorsiones a la población que tiene un nivel de vida aceptable. Dichas extorsiones son de carácter obligatorio y no hay negociaciones razonables, ya que las consecuencias son atroces.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)