Matrimonios

El Correo, F. L. CHIVITE, 04-09-2009

A mediados del mes pasado me llamó la atención una noticia en la que se decía que había sido desmantelada una pequeña red que se dedicaba a arreglar (así suele decirse) matrimonios de conveniencia con inmigrantes. A veces, un pequeño titular en un periódico leído a toda velocidad, te hace plantearte cuestiones en las que nunca te habías parado. ¿Por qué los matrimonios de conveniencia son perseguidos por la ley? Tengo una amiga que diría que todos los matrimonios son de conveniencia. Y en el fondo, si lo analizas de una manera no demasiado naif, verás que no se le puede negar su parte de razón. Un autor del XVIII, el imprescindible Lichtenberg, opinaba que una de las principales ventajas del matrimonio consiste en poder pasarle a la esposa las visitas que a uno le resultan intolerables. Lichtenberg bromeaba, claro, pero quizá no tanto. Porque en cuestión de motivos, muchas veces los más poderosos son los que más se ocultan. Y los verdaderos, los más inconfesables. Quizá por eso, a los contrayentes se les pide un ‘sí’ o un ‘no’. Pero nunca un porqué. Sería arriesgado, ¿no creen? Recuerdo que había una comedia que se titulaba precisamente así, ‘Matrimonio de conveniencia’ en la que Gérard Depardieu representaba a un simpático francés en EE UU que se casa con Andie MacDowell para obtener los documentos de residencia. Un amigo de la chica le decía: «Dirás que soy anticuado con respecto al matrimonio, pero creo que debe tener algo que ver con el amor, ¿tú no?». Pues sí. Pero, no sólo. Y quizá, no en primer lugar, siento decirlo. El amor está bien. Y mientras dura, si no es demasiado agobiante, añade encanto a la vida, de acuerdo. Pero el matrimonio es un contrato que uno firma, no hay que olvidar eso. En realidad, volviendo a la película (que como se pueden imaginar, tratándose de una producción de Hollywood, acaba con un beso), el nudo de la historia consistía en presentar de manera divertida las dificultades que encontraba la pareja para demostrar que se amaban y vivían juntos, ante los insistentes agentes de la oficina de inmigración. Eso ya pasa aquí. La noticia de hace unos días es que el defensor del pueblo Enrique Mújica está investigando posibles abusos de la Administración contra matrimonios de conveniencia, consistentes sobre todo en controles, interrogatorios excesivos e inspecciones sorpresa de la vivienda. Una pareja contaba que hasta tuvieron que dar detalles de cómo fue su primer beso. A la realidad le gusta el cine, no me digan que no.

f.chivite@diario – elcorreo.com

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