La Policía Nacional, que tiene pluses por objetivos, se interpone a la Guardia Civil para practicar los arrestos.

«Minerva». Éste era el nombre de la operación internacional que, coordinada por la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), debía haberse llevado a cabo desde el 10 de agosto al 4 de septiembre contra la inmigración ilegal en el Estrecho de Gibraltar y que se suspendió por la «falta de cooperación y coordinación entre la Policía Nacional y la Guardia Civil españolas», según lamentan fuentes del Instituto Armado.
Para realizar su tarea se desplazaron hasta Algeciras (Cádiz), base de la actuación, los citados efectivos policiales –al mando– y guardias civiles de varias provincias del país, a los que se unieron guías de perros de la Policía finlandesa, portuguesa, belga y efectivos de la Gendarmería francesa, «encargados de operar con un escáner de última generación», detallan las mismas fuentes. El objetivo fundamental de «Minerva» era «detectar en la frontera sur de Europa, sobre todo en el paso del Estrecho y Ceuta, a los inmigrantes que intentaran entrar al territorio nacional escondidos en contenedores, en los bajos de los vehículos… así como a aquéllos que portaran documentación falsa», explican.
Ésta era la teoría. En la práctica se desató el conflicto. Uno de los controles en los que los guardias civiles estaban de apoyo con los perros fue el detonante. Estos agentes «localizaron a varios indocumentados e iban a proceder a su detención, cuando los policías nacionales les dijeron que no intervinieran, alegando que eran ellos los encargados del arresto», relatan fuentes de la Benemérita. «Entonces –prosiguen–, los guardias respondieron que hasta que no se lo ordenaran sus superiores no iban a abandonar el control y siguieron efectuando detenciones». A partir de ahí, según los datos que ha podido recabar este periódico, la Policía implicada en la acción se queja también a sus mandos y se desarrollan distintas reuniones para intentar que la operación siguiera su curso, pero el desacuerdo competencial llega hasta la Frontex y ésta interrumpe la misión, a los pocos días de haberse iniciado. Hay que recordar que la Policía Nacional tiene una serie de incentivos, como pluses de descanso, por cumplir los objetivos fijados.  A principio de año saltó la polémica, precisamente por el incentivo en la detención de inmigrantes.
Los componentes de «Minerva» se quedaron sin trabajar hasta el 24 de agosto, fecha en la que fueron desconcentrados y enviados de regreso a casa. En algunos casos con las familias que se habían desplazado hasta el punto de concentración. La comitiva europea también parte de Algeciras entre los días 18 y 19.
No obstante, se prevé que hoy vuelvan a ser reclamados todos los agentes y esta semana podría arrancar una «Minerva II» con mayor éxito, si nada lo impide esta vez.

Llega una nueva patera a costas granadinas con 54 subsaharianos
granada – El buen tiempo ejerce como efecto llamada para los inmigrantes que tratan de llegar a costas españolas. Ayer arribó una nueva embarcación a Granada. Agentes de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo la rescataron la noche del martes en la costa de Castell de Ferro. Viajaban 54 inmigrantes de origen subsahariano, todos varones mayores de edad que se encuentran en buen estado de salud, según informaron a Europa Press fuentes del Instituto Armado.
Los agentes localizaron la embarcación neumática sobre las diez y media de la noche a través de las cámaras del Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), que la situaron a unas cinco millas al sur del peñón de San Patricio, en el término municipal de Castell de Ferro, hasta donde se desplazó la Guardia Civil.
Una vez confirmada la existencia de la patera, de ocho metros de eslora por 2,5 de manga, se dio aviso a los efectivos de Salvamento Marítimo, que rescataron en lancha a los inmigrantes y los trasladaron hasta el puerto de Motril, adonde llegaron pasadas las doce de la noche.
Los inmigrantes fueron asistidos por la Cruz Roja.