BRUSELAS – Tras la Prensa, la Comisión Europea ha sido la última víctima de las amenazas del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. El italiano amenazó con bloquear el funcionamiento de la Unión Europea si la institución, a excepción de su presidente, no mantiene la boca cerrada. E incluso sugirió que la Comisión en pleno debería dimitir. La razón: la solicitud de información a Roma sobre la devolución en alta mar de 70 inmigrantes a Libia, y el recordatorio que un portavoz hizo el lunes sobre el derecho de todo ser humano a solicitar asilo. Las palabras desde Bruselas se convirtieron en hiriente munición en manos de la prensa crítica con Berlusconi, ya tocado por todos los escándalos que acumula. Irritado, dijo anteayer que «suspenderemos nuestro voto, bloqueando el funcionamiento del Consejo Europeo, a menos que se determine que ningún comisario, ni tampoco sus portavoces, puede intervenir públicamente en cualquier momento sobre cualquier asunto». El jefe de los portavoces de los comisarios, Johannes Laitenberger, dijo ayer que el problema fue «un malentendido con las declaraciones». Midiendo cada una de sus palabras, dio por cerrada la polémica, a pesar de que no ha habido ningún contacto con las autoridades italianas para aclarar lo sucedido.