ramadán

Mes de ayuno en pleno verano

La Voz de Galicia, Davinia Suárez | Efe, 22-08-2009

El ramadán comienza para más de un millón de musulmanes en España, donde ya se acepta como una práctica religiosa más

El ramadán comienza para más de un millón de musulmanes en España, donde ya se acepta como una práctica religiosa más

Cuando comience a verse el creciente lunar a partir de hoy, más de un millón de musulmanes que viven en España iniciarán el ramadán, un mes dedicado a la abstinencia que culmina con una de las fiestas grandes del islam: el fin del ayuno o Aíd al – Fitr. «El ramadán es especial porque se considera que en este mes Dios reveló a Mahoma el libro sagrado del islam», explica Luz Gómez, la doctora en Filología Árabe y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid. Desde entonces, rezar cinco veces al día, profesar la fe, dar limosna, peregrinar al menos una vez en la vida a La Meca y ayunar en ramadán son los cinco preceptos que deben cumplir los musulmanes.

El comienzo del noveno mes del calendario musulmán se desplaza por las diferentes estaciones porque sigue las etapas lunares, y la extensión geográfica de las comunidades musulmanas hace que comience de manera escalonada.

Las autoridades religiosas de Arabia Saudí, cuna del rito suní, y el Irán chií fijaron, a partir de observaciones astronómicas, la fecha de hoy como inicio del mes lunar de ramadán.

En la mayoría de los países con población musulmana el ramadán comienza hoy. Entre los países árabes, solo en Libia el ayuno se inició ayer.

El ramadán es un mes dedicado a la devoción y la solidaridad en el que todos los adultos, desde la pubertad, han de abstenerse de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales.

El ramadán tiene una parte importante de afirmación de la comunidad musulmana y, por ello, la comida de la noche se hace de forma colectiva. Said Bouzra, que trabaja en el Instituto Halal, especializado en los alimentos aceptados por la ley islámica, explica que el ayuno es «una escuela donde se aprende a tener paciencia y autocontrol sobre el cuerpo, y a entender cómo se sienten los que pasan hambre».

En España, dice, el ramadán conlleva «una fuerza de voluntad y de fe mayor» que en los países musulmanes, donde se cierran comercios y restaurantes durante el día y todos ayunan, «pero aquí la vida sigue igual».

Además de los niños, tampoco están obligados a ayunar las personas mayores, enfermos crónicos, mujeres embarazadas, en período de lactancia o de menstruación, y las personas con enfermedades temporales. «No se debe poner en peligro la salud, los días perdidos se recuperan en otro momento, los mayores o enfermos pueden aportar una limosna diaria para los necesitados, y los niños aprenden del ayuno familiar», puntualiza Said.

«El ramadán se va aceptando como una práctica no tan diferente de otras, como el ayuno de los cristianos durante la Cuaresma, y tanto el vocabulario como la tradición ya forman parte de la sociedad española», asegura Luz Gómez. El final del ramadán es una de las fiestas preceptivas del islam, reconocida oficialmente a los musulmanes en España por los acuerdos con la Comisión Islámica, que permiten solicitar un día no laboral a cambio de una de las festividades cristianas. En Ceuta se conserva la tradición de engalanar las calles, donde más de 27.000 puntos de luz adornarán los barrios de confesión musulmana.

Ayer, el presidente de la Junta Islámica de Española, Mansur Escudero, animó a todos los españoles a unirse como un ejercicio de purificación al ayuno.

Cada día, al caer el sol, las familias se reúnen en torno a la mesa. En Egipto, sus 80 millones de habitantes consumirán durante la primera semana 40 millones de pollos, 2.700 millones de panes y 10.000 toneladas de habas, según el diario estatal Al Ahram.

Durante el ramadán, La Meca (Arabia Saudí), el primer lugar santo del islam, reúne tradicionalmente a cientos de miles de fieles para la pequeña peregrinación de Omra. Este año se espera un flujo menor de peregrinos debido al riesgo de propagación de la gripe A y a las restricciones a los viajes.

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