ROMA – El falso axioma que dice que los inmigrantes quitan el trabajo a la población local vuelve a quedarse sin fundamento. En Italia, uno de los países europeos que con mayores dificultades está digiriendo la llegada de extranjeros, éstos dinamizan la economía y el mercado laboral permitiendo a los italianos acceder a otros puestos de trabajo.
Así lo afirma un estudio hecho público ayer por el Banco de Italia, en el que se analizan los cambios sufridos en el país durante los últimos años con la llegada masiva de inmigrantes. «Existe una complementariedad entre los extranjeros y los italianos más instruidos y las mujeres», apunta el informe, según el cual la inserción laboral de los recién llegados en el sector secundario ha aumentado las posibilidades de los nacionales con mayor formación para acceder a puestos «administrativos».  Las familias se han beneficiado también porque han encontrado mano de obra barata para cuidar a los niños y ancianos, lo que ha permitido acceder al mercado laboral a muchas mujeres.
Italia cuenta con alrededor de 4 millones de inmigrantes no comunitarios, un millón de los cuales está en situación irregular. El aumento constante del porcentaje de población no nacida en territorio italiano no parece gustar al primer ministro, Silvio Berlusconi, quien ha dicho que no quiere una «Italia multiétnica».