Once testimonios desde el desempleo

Diario de Noticias, 02-08-2009

L A crisis ha llegado. Navarra sobrellevó bien el principio del cisma económico que azota, sin excepción, a todo el planeta pero, pese a todo, la crisis ha llegado y los efectos comienzan a dejarse notar en forma de paro. 37.581 parados, un 65% más que el año pasado, son una cifra nada despreciable para una comunidad que supera los 600.000 habitantes. Eladio Sánchez, un venezolano que lleva ya 8 años viviendo en España y en paro desde febrero, destaca, sobre la crisis en Navarra, que lo que pasa es que “aquí se nota más porque antes no había casi paro”. A esta teoría se apunta también Hilario Avad. Este boliviano residente en España desde hace 5 años, se vino de Valencia a Navarra porque era una de las comunidades con menos paro y donde mejor se vivía. Sin embargo, la crisis ha llegado, destaca. “Todos pensábamos que en Navarra las cosas iban bien, pero ahora ha llegado (la crisis)…”.

Y el paro se nota, vaya si se nota. Patxi Vizkay lleva un año y seismeses en paro y relata que hay mucha más gente parada que el año pasado. “Lo que he visto es que yo iba a primera hora de la mañana muy despacito, muy tranquilo, tenía tiempo para mirar todo, para hablar con ellos… Y ahora había cola para entrar. Incluso a primera hora hay gente esperando a que abran la puerta para entrar en tropel”.

menos y peores ofertas

600 euros al mes con 47 años

A la subida del desempleo le ha acompañado, evidentemente, una escasez de ofertas. Sin embargo, el problema radica en que a esta disminución de ofertas le ha seguido una rebaja sustancial en los sueldos y un aumento notable en los requisitos para cualquier puesto. Arón Morales, un joven pamplonés de 20 años, cuenta que “hay menos ofertas. Además, piden más requisitos y experiencia”. Pero ofertas, haberlas, haylas. Eso sí, en unas condiciones que dos años atrás serían impensables. Patxi Vizkay durante el año y medio que estuvo en paro (este mes comienza a trabajar como guarda de río), recibió tres ofertas de trabajo. Ninguna superaba los 900 euros mensuales. Una de ellas justamente llegaba a los 600. “Me lo tomé en broma, al principio”, comenta. “Una persona de 47 años que cobre 600 euros al mes durante 12 pagas… La última oferta que me llegó era de una empresa dependiente del Gobierno de Navarra. Era cobrar 700 ó 800 euros por 12 pagas repartiendo propaganda de lunes a viernes con la furgoneta… Y dices, bueno, ¿tengo alguna posibilidad de ascender o ganar algo más con extras…? Y me dijeron que no. Y ya está. Yo no quería cobrar semejantefollería .” Otro aspecto que destaca Vizkay es que los cursillos de formación también han disminuido. Este pamplonés protesta porque “no hay derecho a que cuando yo me fuera al paro hubiera miles de cursillos y ahora que estamos miles de parados han recortado los cursos escandalosamente. Este año, por ejemplo, no ha habido cursillo de auxiliar de topografía, que es lo que me gustaba, mientras que el año pasado tuvo que cancelarse por falta de gente”.

Los temidos ere

Los afectados en Navarra

La palabra de moda de este año: ERE. Son cientos ya los expedientes que las empresas han realizado este semestre. A la memoria viene el reciente caso del ERE de Nissan en Barcelona, donde los empleados se enteraron de su despido porque al entrar a trabajar la tarjeta no les abría la puerta. Pero Navarra también ha sufrido las consecuencias de los temidos ERE. Es el caso de Miguel Guallar y Javier Bermejo. Guallar llevaba trabajando tres años como gerente de dos plantas trabajando para Gamesa y Acciona. Pintaban estructuras de molinos de viento. El día 23 del pasado mes, un expediente, que en Zaragoza afectó a 17 personas y en Egüés a 11, le condenó al paro. Gamesa les quitó una subcontrata que tenían para trabajar. Ahora busca empleo aunque es optimista. “Mi mujer trabaja también, por lo que la situación no es tan agobiante, de momento. Espero encontrar trabajo antes de 10 meses”.

Otro navarro afectado por un ERE es Javier Bermejo. Trabajaba en Saint – Gobain abrasivos, en Berrioplano. “Hace un mes hubo un ERE y echaron a 31 en un principio, aunque al final se quedó en unos 25”, explica. Cuatro de ellos salieron medio prejubilados. Bermejo tiene 60 años y el paro le llega hasta la jubilación. Busca empleo aunque reconoce que lo que necesita ahora es “descansar”. “No sé si encontraré trabajo – dice Bermejo – , yo en principio lo que necesito es descansar. Desde los once años que empecé de pastor no he dejado de trabajar. Es la primera vez que estoy en desempleo, entonces creo que ya he rendido lo suficiente”.

Llegar a fin de mes

Amas de casa en acción

Un 30% de las familias españolas asegura no poder llegar a fin de mes. Este hecho ha propiciado que las amas de casa hayan decidido incorporarse al mercado laboral para ayudar con unos euros extras a la economía familiar. Mari Carmen Echeverría es un ejemplo de esta nueva tendencia. Echeverría cuenta que " trabajaba en casa, de ama de casa, y ahora busco trabajo porque con la crisis todo viene bien". Está apuntada desde enero y de momento no le han encontrado nada, pese a que se inscribió para cualquier trabajo. No obstante, matiza que “gracias a Dios tampoco es que pase hambre. La hija trabaja, el marido está jubilado… De comer, de momento, no nos falta. Pero veo que hay gente que lo está pasando muy mal. Amigas mías que tienen dos hijos ya de veintitantos años y están los pobres que no tienen dónde ir a trabajar. La juventud es la más afectada y encima ahora los padres, con la crisis, no pueden ayudarles. Se han quedado solos”.

Un sueño truncado

Los inmigrantes también sufren la crisis

Vinieron huyendo del paro y de la pobreza pero les han alcanzado también en España. Marta Urmendia, colombiana, e Hilario Avad, boliviano, vinieron a España en busca de un empleo pero ahora están en paro. Marta Urmendia lleva 10 años en España. Es bacterióloga y microbióloga pero no puede ejercer como tal porque no le han convalidado el título. Ingresó en la lista del paro el pasado 1 de agosto. Trabajaba como auxiliar de clínica dental con un contrato de tres meses. Ha trabajado anteriormente con grupos del Imserso y tiene la esperanza de volver a trabar con ellos, pero hasta octubre o finales de septiembre no hay nada. Además no ha cotizado lo suficiente para tener derecho a paro. Sobre su situación, Urmendia dice que “esto es como una rueda. Si no se tiene trabajo no se tiene opción y realmente a una lo que menos le interesa es tener paro, porque lo más importante es tener trabajo”.

Hilario Avad también se encuentra en una situación complicada. Lleva 5 años en España y cuatro en Navarra. Trabajaba de oficial de primera en la construcción pero ahora está en paro desde hace dos meses. Una de las cosas de las que se queja es de que los inmigrantes “estamos mal informados sobre esto (el Inem). La primera vez que vine fue mediante un amigo quien me dijo que aquí me informarían sobre el desempleo, los cursos que se pueden cursar…”. Al final se apuntó a dos cursos. El primero, de calderería, donde está en lista de espera. Y el segundo, de soldadura. Vive aquí con su familia. Dos hijos, uno nacido en Bolivia y otro nacido en España. Su mujer está trabajando de cocinera en el Bávaros, pero muchos meses no pueden llegar a fin de mes. Avad cuenta que con el sueldo de la mujer no alcanza para llegar a fin de mes con dos hijos. “Yo pago de alquiler del piso 750 euros acá, en San Jorge… Así que el dinero hay que estirarlo un poco y privarnos de alguna cosa. Es durísimo llegar a fin de mes. Hay meses que ya no llegamos. Afortundamente, vive la hermana de mi esposa con nosotros y colabora un poco y de esa manera llegamos a fin de mes. Si no, no podríamos”.

Como miembro del sector de la construcción, cuenta que se nota mucho que es uno de los sectores a los que más ha afectado la crisis. “Cuando llegué sin papeles trabajaba y me decían que el día que tuviera papeles fuera y que me harían un contrato … Conseguí los papeles el pasado octubre, pero no me han hecho contrato. Me dicen que ya estamos justos, que la construcción está muy parada…”.

Pero además, los inmigrantes deben enfrentarse con un creciente rechazo de la población. Ahora que los empleos escasean muchas personas se lamentan de que los inmigrantes acaparan puestos de trabajo en detrimento de los navarros. Jusué Pérez es uno de los que se queja. Tras trabajar 20 años en el sector del metal se quedó en paro cuatro meses atrás y aunque manifiesta que no es racista, dice que “de diez tíos que están trabajando, ocho son de fuera y dos de aquí”.

Patxi Vizkay, en esta misma línea, dice que “los trabajos se están desarollando a base de inmigrantes que cobran mucho menos que un español. No hay apoyo para el obrero español”. Además. Vizkay afirma que “a España la tenemos que levantar los españoles. Que venga gente de fuera a levantarla me parece divino. Pero hay que apoyar a los que la estamos levantando. Ahora mismo hay cantidad de españoles en el paro”.

Diálogo social

“Cada uno barre para su casa”

Mucho se está diciendo últimamente sobre la labor de los sindicatos, el gobierno y la patronal. Todos coinciden en que es un tema complejo y, puede que por ello, mucha gente no sigue o no está bien informada sobre esta polémica. O quizá simplemente estén hastiados de unas negociaciones que duran demasiado y no han conseguido ningún avance. Miguel Guallar expresa que le parece que “está todo muy complicado y que cada uno barre para su casa…”. Sebastián Leona, un pintor que actualmente está en paro, manifiesta su rechazo ante la posibilidad del despido libre. Asegura que a la patronal le interesa que esto sea así. “Te dan un bocadillo de chorizo y luego te despiden. Aunque lleves un montón de años. Luego cogen a otro y hacen lo que les dé la gana. No hay que llegar a ese punto porque son unos derechos ya adquiridos”.

Jusué Pérez está especialmente indignado con la actuación de estas instituciones. Pérez afirma que “nos tienen engañados a todos porque dicen que va a haber trabajo para la gente y resulta que no hay trabajo para nadie. Los gobiernos y los políticos engañan a la gente. Todos nos mienten. Y los sindicatos y la patronal igual, más de lo mismo”. Gema Burguete es de las que no sigue mucho este tema. No obstante, esta ama de casa que está buscando empleo define la negociación como “una merienda de negros”. Aunque no echa la culpa a nadie porque es un tema “muy difícil”.

Patxi Vizkay no está para nada contento con la labor del Gobierno y afirma que “no se está preocupando en absoluto de intentar salir adelante y solamente está poniendo parches económicos donde ve que algo hace aguas. Lo único que busca es salir en la foto y la patronal igual, sólo mira por sus intereses”. Y apunta que el gobierno actual “será un gobierno socialista, pero de socialista tiene poco”. Tampoco está satisfecho con la estrategia de la patronal. Sobre esta dice que “es la máxima beneficiada de la crisis. Se está limpiando todo lo que tenía de sobrecarga y pretende aún más, especialmente su máxima es conseguir abaratar el despido muchísimo más”. Sin embargo, Vizkay también entiendo que los empresarios están pasando un mal momento y agrega que “el empresario debe de estar muy ahogado por la Seguridad Social y por Hacienda y por todo. No hay posibilidades para las empresas. Se está venga a demostrar que la pequeña y mediana empresa son el verdadero motor de España, pero le están cerrando los créditos…”. Por su parte, Eladio Sánchez, un venezolano en paro desde febrero, dice que “da igual un gobierno que otro, la crisis afecta a todos los países. Pero lo que pasa es que aquí se nota más porque antes no había casi paro”.

el fin de la crisis

La gente desconfía de los mensajes de optimismo del Gobierno

¿Cuándo acabará la crisis? Gobiernos, bancos y todo tipo de instituciones lanzan continuamente mensajes contradictorios entre sí sobre el final de la crisis. Al final, el resultado es que la gente desconfía del optimismo de los gobiernos y se fija en lo que ven de primera mano. El paro no desciende y cada día es más difícil conseguir trabajo. Una trabajadora del Inem de la Rochapea, en Pamplona, comenta que ha notado que “ha aumentado el número de gente que viene aquí en los últimos meses”. Además, ve que la gente “está bastante pesimista”. Sobre lo que ve en el Inem, dice que “los que más vienen son imigrantes y mujeres de una edad comprendida entre los treinta y los cuarenta años”.

Una esperanza común

Encontrar trabajo

Al optimismo de Miguel Guallar se contrapone el pesimismo de mucha gente que llevaba meses y meses sin encontrar un empleo. Pero hay esperanza. Que le pregunten si no a Patxi Vizkay, que tras un año y seis meses ha encontrado por fin empleo como guarda de río. Sólo para los siguientes tres meses, pero es un comienzo.

Al final, en lo que todos coinciden es en su deseo porque la situación mejore. Así lo confirma Hilario Avad: “Espero que las cosas mejoren pronto y no sólo para mí. Sino para todos. Que no sólo yo estoy desempleado. También hay bastantes personas de aquí, navarros o de donde sea”.

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