barcelona – Empezaron como prueba piloto el pasado mes de septiembre en Vic y Reus con una apuesta clara de expansión para el próximo curso, pero Educació ha visto frustrado su plan de implementarlos en las poblaciones con un alto índice de inmigración. Los Espacios de Bienvenida Educativa (EBE), centros separados de los centros educativos en los que los recién llegados realizan su «immersión» en la cultura y educación catalana, sólo se ampliarán en septiembre a Cornellà.
El municipio de Manlleu había protagonizado conversaciones con la conselleria de Educació para implantar un centro, pero al final ha renunciado. Ni Badalona, ni Salt o Santa Coloma de Gramenet (tres de los municipios con un alto índice de inmigración en las aulas) no participarán en el plan del departamento.
Con todo, el conseller de Educació, Ernest Maragall, se desplazó ayer hasta Reus para hacer balance del primer año de funcionamiento de los cuatro espacios que hasta ahora funcionan. Un total de 249 niños y jóvenes inmigrantes han asistido a los cuatro EBE, con el objetivo que los estudiantes puedan incorporarse al sistema educativo «con garantías».
El EBE de Vic, situado en el edificio de la antigua Casa de la Caritat, atendió a 134 niños mientras que los centros de Reus – ubicados en las instalaciones del CEIP Doctor Alberich i Casas, IES Gabriel Ferrater y La Salle) asistieron a 115 jóvenes. La estancia media en cada centro fue de tres semanas en Vic y un mes y medio en Reus.
La posterior incorporación de los alumnos en los centros ordinarios se repartió, según el conseller, «equitativamente», ya que el 58 por ciento fue a parar a los centros públicos y el resto a los concertados.
Las asociaciones de inmigrantes de Reus y SOS Racismo son críticas con esta herramienta. Consideran que son centros «segregadores».