Se llamaba Mabel Innocent, aunque será recordada como la tercera víctima mortal de la gripe A en España. Tenía 33 años, era nigeriana y, al parecer, ejercía la prostitución. El pasado jueves falleció en el hospital Son Llàtzer de Palma de Mallorca, donde llevaba ingresada desde el domingo anterior, por un neumonía bilateral, generada como consecuencia directa de la primera pandemia del siglo XXI, según informó la Consejería balear de Salud.

Su titular, Vicens Thomàs, detalló el periplo de la mujer por los servicios sanitarios mallorquines y dio cuenta de la extrañeza del caso, dado que se trataba de una persona «sana». El consejero insistió en esta circunstancia porque añadía nuevas incertidumbres respecto al virus H1N1, ya que todos los afectados graves registrados hasta ese momento eran personas aquejadas por dolencias crónicas, en especial, respiratorias. El hecho de que una persona sin enfermedades no respondiera a los tratamientos llevó a pensar a los responsables sanitarios del archipiélago balear en una evolución «muy agresiva» del virus.

Tanto es así que al día siguiente, la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, anunció que se había comunicado el caso de la mujer nigeriana a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que lo incluyera entre «las excepciones de personas sanas que han fallecido». Y es que los expertos de su Ministerio estaban perplejos por la «evolución tan rápida y agresiva» de la enfermedad en una persona «joven y sin patologías de base».

¿Mabel Innocent estaba tan sana como se dijo? Parece ser que no. Además de pobre, era inmigrante sin papeles. Por este motivo, temía que no iba a ser atendida, así que se presentó en el hospital con la tarjeta sanitaria de una amiga. Es decir, los médicos se basaron en un historial que no era el suyo, con lo que no se sabe si era o no una persona «sana» o padecía alguna enfermedad que ha contribuido a precipitar su muerte tras el contagio de la gripe. Y es que los facultativos trabajaron con información errónea sobre su estado de salud. Para saber si padecía o no dolencias habrá que esperar a primeros de agosto, cuando se conocerá el resultado de la autopsia.

La falsedad de su historial médico no es la única circunstancia anómala que envuelve el fallecimiento de la joven africana, residente desde hacía solo un mes en un piso ‘patera’ de Palma de Mallorca, a donde se había trasladado desde Madrid.

Pregunta parlamentaria

La Consejería de Salud supo que la mujer había contraído el virus AH1N1 después de su muerte. Un portavoz del Gobierno balear ha admitido que los análisis que confirmaban el contagio se tuvieron el jueves al mediodía, cuatro días después del ingreso de Mabel en el hospita ly seis más tarde de que acudiera a un consultorio, donde le recetaron paracetamol y le mandaron a casa. Estas dos circunstancias – historial médico falso e inexistencia de pruebas de la gripe A – han llevado al PP a pedir la comparecencia del consejero en el Parlamento para informe de todas las circunstancias que han rodeado esta muerte.

Por otro lado, un joven británico que había acudido al Festival Internacional de Benicassim se fugó ayer del hospital General de Castellón, a donde acudió en la madrugada al presentar síntomas de gripe. Después de que se le realizaron las pruebas del virus AH1N1, se fue sin esperar a conocer los resultados.