MENORES INMIGRANTES

El centro de Deba tendrá una valla más alta y cámaras de seguridad

Los menores extranjeros rompen o saltan el cercado actual para fugarse. Ingresados en centros cerrados los dos menores detenidos en Azpeitia

Diario Vasco, FERNANDO SEGURA, 14-07-2009
La Diputación quiere poner coto a los continuos desmanes que comenten parte de los menores extranjeros residentes en el centro foral de Deba. Con este fin, ha iniciado la construcción de un nuevo muro alrededor de la vivienda, valla en la que se instalarán cámaras de seguridad.

Deba acoge a los menores más conflictivos. Depende de la Diputación y, por imperativo legal, es de régimen abierto. Los chavales tienen que cumplir un horario (la puerta se cierra por la noche), pero algunos de ellos no lo respetan. El hecho es que la valla actual la saltan con facilidad (tiene dos metros de altura) o la rompen, dada su endeblez.
Parte de estos menores están provocando incidentes casi diarios. Los últimos en Azpeitia, en la madrugada del sábado. Dos de estos chicos causaron daños en quince vehículos. Ambos fueron detenidos y han ingresado en centros cerrados, uno en Zumarraga y el otro en Vizcaya.
Llueve sobre mojado. La Ertzaintza ha contabilizado en un mes más de cincuenta actuaciones en las que están implicados menores de Deba.
La Diputación ha iniciado las obras para reforzar la seguridad en las instalaciones de Deba. La actual valla de dos metros de altura se sustituirá por otra que alcanzará los tres metros. Será más resistente que la anterior, al asentarse sobre un muro de hormigón. La nueva valla abarcará un mayor perímetro de la finca y recorrerá el terreno aprovechando las zonas altas, para así dificultar los saltos.
El muro dispondrá de cámaras de seguridad. Las imágenes serán enviadas a monitores instalados en el interior de la vivienda y a la empresa de seguridad a la que pertenecen los guardas jurados que prestan servicio en el centro.
Fuera del horario
Los responsables forales señalan que la ampliación de las medidas de seguridad no supondrá que la instalación se convierta en un centro cerrado. «La Diputación, por ley, no puede gestionar este tipo de equipamientos. El centro de Deba seguirá siendo abierto. La nueva valla lo que pretende es dificultar que los chavales entren o salgan fuera del horario permitido, algo que ahora sí hacen».
Las cámaras permitirán que quede constancia de los menores que incumplen el horario y saltan el muro.
Ahora bien, los responsables forales insisten en que la legislación permite a los chavales abandonar la vivienda cuando quieran. Indican que la competencia para decidir que un menor entre en un centro de reforma es de los jueces.
Este ha sido el caso precisamente de los dos chavales que perpetraron los destrozos y robos de escasa consideración en quince vehículos aparcados en Azpeitia. Ambos ingresaron ayer en centros de reforma por orden de la Audiencia de Vizcaya, debido a las causas judiciales pendientes que tenían en ese territorio.
Uno de los dos menores ha quedado internado en el centro Ibaiondo de Zumarraga, mientras que el otro ha sido ingresado en dependencias de reforma en Vizcaya.
La Diputación de Gipuzkoa precisó ayer que ambos menores ya no estaban bajo su tutela, dado que a principios de año comunicaron que abandonaban el centro de acogida de Deba, por lo que se inició un proceso de cese de tutela, que culminó hace meses y se desconocía su paradero.
Según la Ertzaintza, ambos deberán comparecer también próximamente ante el Juzgado de Azpeitia acusados de los robos en vehículos.
La institución foral pedirá en breve a la Fiscalía que investigue si alguno de los menores fugados ha contado con cobertura de adultos para subsistir en Gipuzkoa y, en su caso, para delinquir. Los responsables forales indican que el caso de los chavales detenidos por los destrozos de Azpeitia refuerza esta hipótesis.
Los técnicos de la Diputación señalan que los menores que dejan de utilizar los recursos forales tampoco usan la red de Caritas u otras existentes en el territorio. «Desaparecen y a los meses son detenidos. En ese tiempo alguien les ha alimentado y vestido. Cuando se les detiene, es evidente que no han tenido ningún problema de comida ni de ropa. Es cierto que son chavales muy autónomos, pero no tanto como para subsistir sin ayuda. Pensamos que quizá algunos son utilizados por adultos para delinquir, dado que al ser menores, no pueden ser encarcelados».

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