Madrid – Los españoles que hablan de Brasil siempre recurren a los tópicos de samba, fútbol y mujeres, por las que sienten una especial predilección. Así lo demuestra el número de enlaces mixtos de 2008: el ránking lo encabezan los matrimonios hispano – brasileños, con 2.200.
Y la tendencia puede ir en aumento, porque la inmigración brasileña es un fenómeno todavía reciente. De hecho, fue la regularización masiva de 2005 la que provocó el efecto llamada. Así, el colectivo ha pasado de 17.000 personas en 2001 a los 115.000 de 2008. De ellos, el 66 por ciento está en situación irregular, el mayor porcentaje de todos los colectivos extranjeros residentes en España, según datos manejados por la Embajada en Madrid.
Esta reciente inmigración está protagonizada sobre todo por mujeres (60 por ciento), menores de 35 años (71 por ciento), en edad laboral (90 por ciento) y con estudios superiores (60 por ciento).
Esta explosión migratoria provocó un problema diplomático al más alto nivel por el rechazo de brasileños en Barajas. Para entrar en nuestro país, bastaba con un visado de turista. Esto animó a muchos porque España es un país atractivo por su idioma, sencillo de aprender, y porque creen que es fácil conseguir los papeles.
Problemas en la frontera
Con el inicio de la crisis (finales de 2007, inicios de 2008) se endurecieron los controles de entrada en las fronteras, sobre todo en los aeropuertos. Esto se tradujo en el rechazo en Madrid – Barajas de muchos brasileños, entre ellos, el de un grupo de estudiantes.
La noticia corrió como un reguero de pólvora por Brasil y la indignación fue en aumento, con una gran presión desde los medios de comunicación. La situación se enquistó de tal manera que al final las autoridades brasileñas decidieron pagar con la misma moneda y rechazaron a una decena de españoles que viajaron por turismo. La polémica se zanjó en abril de 2008, tras una reunión de alto nivel entre representantes consulares y las policías de ambos países, en la que se acordó mejorar la información a los turistas para que no se volviera a repetir la misma situación.
Una vez en nuestro país, los brasileños se han encontrado con la crisis económica, que les ha llevado a una situación de indefensión. Su corta experiencia migratoria en España no ha bastado para crear un tejido organizativo a través de ONG, como ocurre con colectivos como el colombiano, peruano o ecuatoriano.
Cataluña, la preferida
Por ello, los más afectados por la crisis tiene que decidir o quedarse en una situación de casi indigencia o volver a casa. Esta segunda opción está siendo elegida por muchos y se está llevando a cabo a través del programa de retorno voluntario del Gobierno o con el apoyo de otras instituciones españolas de ayuda al inmigrante.
Según el INE, en 2008 había 119.209 brasileños empadronados en España. Cataluña es la comunidad donde más se han asentado (25.746), seguida de Madrid (23.453) y la Comunidad Valenciana (11.218).