Sobre el conflicto de La Arboleda

Deia, 12-07-2009


>Desconozco dónde está la verdad. Lo que sí puedo es tratar de añadir al análisis algunos ingredientes que clarifiquen la actitud de algunos vecinos. Las denuncias y desmentidos, las descalificaciones y la falta de transparencia y de ecuanimidad de los medios que no ayudan para nada a conocer la verdad. <! – – SEP – – >
Las tertulias y los medios no hacen ningún favor a la situación creada, debatiendo como si estuvieran en poder de la verdad absoluta y sin contrastar plenamente. El morbo está presente en estas apreciaciones. El morbo y muchas veces el sensacionalismo. Poco se paran a pensar e investigar el porqué de la movilización de una comunidad en la que conviven otra familia gitana, rumanos, suramericanos, africanos…
>Al analizar el conflicto también convendría tener en cuenta la situación de muchas familias en La Arboleda, Larreineta y Barrio Nuevo que viven en casas cuyo terreno no les pertenece. No entienden muy bien que las autoridades otorguen con tanta facilidad un piso nuevo a alguien que no es del barrio mientras el Ayuntamiento de Trapaga se niega a venderles los terrenos de sus casas. Las casas del Gobierno vasco exigían a los aspirantes un tiempo de dos años de empadronamiento. Esta familia sólo se necesita empadronarse aún cuando se comenta, y nadie ha desmentido, que en Sestao existen una docena de pisos vacíos propiedad de las instituciones. <! – – SEP – – >
También sería bueno recordar a tanto buen samaritano que lamentablemente este tipo de realojo no se suele realizar en zonas residenciales. Suele decirse aquello de que “no quieras para otros lo que no quieras para ti”. Por mi parte no pienso tomar postura mientras las autoridades competentes, a quienes pagamos los impuestos, me demuestren con pelos y señales dónde está la razón y los medios que están dispuestos a poner, no a imponer, para solucionar el problema. Lo que me niego a admitir es que se califique a toda la zona alta de Trapaga de racismo injustificada y gratuitamente.

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