"No se trata de racismo, sino de inseguridad"

Diario de noticias de Gipuzkoa, 10-07-2009

lA manfiestación discurrió en un ambiente alejado de la tensión que se ha palpado estos días. “Por favor, sin eslóganes ni paradas en ningún lugar”, insistía José Luis Martín, portavoz de la Asociación de Vecinos del barrio Iztieta de Errenteria, poco antes de comenzar la marcha. La plaza de la Diputación de donde partió la protesta a las 20.00 horas se llenó de vecinos que hicieron suya la consigna sin mayores estridencias. “Es difícil no decir una palabra más alta que otra con todo lo que hemos visto. No se trata de racismo, sino de saber vivir”, confesaba, en una esquina, al margen de la marcha, el chileno Marcelo Orellana, de 53 años, que lleva un año viviendo en Errenteria y ha sido testigo del repunte de la delincuencia en los últimos meses.

Tras una pancarta que decía Por un barrio seguro sin delincuencia , medio millar de vecinos recorrieron las principales calles del barrio en silencio. La presencia policial era importante. Decenas de agentes antidisturbios de la Ertzaintza custodiaban algunos de los establecimientos regentados por magrebíes que en los últimos días han sido objeto de la ira vecinal.

Lachcen Ibiki, antiguo presidente de la mezquita abierta en la localidad desde hace una década, era una de las personas que encabezaba la manifestación. “Es cierto que parece que hay menores implicados, pero hay que conocer la verdadera trastienda antes de dar los pasos adecuados”, confesaba ante la concurrida presencia de los medios de comunicación.

Ibiki reconocía con cierta lástima que, en los últimos meses, quizá estén pagando “justos por pecadores”, en alusión al trato vejatorio que vienen sufriendo algunos ciudadanos de procedencia extracomunitaria que no guardan relación alguna con los constantes contratiempos que sacuden al barrio.

El motivo por el que se convocó la manifestación, según precisó el portavoz vecinal dando lectura a un comunicado, era denunciar el deterioro que sufre el barrio en los últimos años. “Estamos hablando de robos en casas, en comercios y a personas; tráfico de droga, prostitución, inseguridad, temor: deterioro en todos los sentidos”, expresó Martín.

Desde la agrupación insistieron en que no se trata, “de ningún modo”, de un problema de racismo, sino de “la lucha de los vecinos para acabar con la delincuencia y la inseguridad” que sacude al barrio. Los vecinos hicieron un llamamiento al Ayuntamiento, a la Diputación y al Gobierno Vasco para que solucionen “de una vez por todas” esta serie de problemas.

La marcha discurrió sin mayores incidencias hasta el antiguo matadero del barrio, donde se hizo una parada para dar cuenta de los compromisos adoptados por el Consistorio de Errenteria. “Hemos recuperado este espacio que nos habían arrebatado”, señaló un vecino, justo en el mismo lugar donde hace una semana hubo un intento de violación.

El portavoz vecinal informó de que el Gobierno Vasco “se ha comprometido” a redoblar la presencia policial en la zona, y los vecinos acordaron concederse un plazo de unos dos o tres meses para comprobar en qué medida se materializa ese compromiso. Los manifestantes retomaron la marcha para concluir en la plaza de la Diputación, el punto de partida, con una salva de aplausos y la esperanza de que vuelva la calma.

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