Los delitos de menores se disparan y alcanzan ya las cifras de todo 2008

Los jóvenes han cometido este año 20 robos con intimidación, 14 asaltos con fuerza, 13 infraccionesde violencia doméstica y 10 de lesiones en Vitoria

El Correo, MARÍA REGO, 10-07-2009

La voz de alarma saltó hace ya un año. La Fiscalía de Menores de Vitoria advertía entonces en su memoria de que la cifra de jóvenes imputados antes de cumplir la mayoría de edad se había duplicado desde 2007. Los datos no pintaban bien, pero el último informe sobre el primer semestre resulta mucho más preocupante. Desde el 1 de enero, la capital alavesa ha registrado casi la misma cantidad de delitos – noventa – protagonizados por chavales que en todo 2008. El panorama vuelve a teñirse de negro.

«Son unas cifras demasiado altas para esta ciudad», admite Carmen Cotelo, responsable de la Fiscalía de Menores, tras echar un vistazo a la estadística. Y es que ambos informes arrojan datos similares, con la diferencia de que uno de ellos resume la actividad de todo un año, y el otro tan sólo el trabajo de seis meses. El más reciente, al que ha tenido acceso EL CORREO, habla de una veintena de chicos que han participado en algún robo con violencia o intimidación – un total de 26 en 2008 – y de otros 14 – la misma cantidad que a lo largo del curso anterior – que han recurrido a la fuerza en sus asaltos. «Un porcentaje importante de estos delitos son cometidos por extranjeros», constata César San Juan, doctor en Psicología por la UPV y subdirector de investigación en el Instituto Vasco de Criminología.

«Familias acomodadas»

«Los chicos inmigrantes son cada vez más violentos. Igual eran delincuentes en sus países o se han convertido aquí en ello pero, en cualquier caso, la crisis deteriora mucho más su situación», argumenta el experto. Pero el perfil del imputado puede ser el opuesto. «Es muy significativo el aumento de los casos entre los chicos de familias acomodadas que se han acostumbrado a un estado del bienestar en el que las cosas son fácilmente obtenibles», añade. Su experiencia en la materia, como coautor de un estudio sobre la reincidencia de los menores vascos, le dice que «sólo el 18,5%» vuelve a delinquir. La fiscala Cotelo no se aventura a dibujar un retrato robot del infractor, pero reconoce un cambio de costumbres entre los chavales cuando salen a la calle.

Por la mesa de su despacho han pasado este año, además, 13 casos de violencia de género – contra la pareja – o doméstica – en el entorno familiar – y otra decena de delitos de lesiones cometidos todos ellos por menores. En total, 90 infracciones. Sin embargo, el frío balance se suaviza cuando se recuentan las faltas registradas en la ciudad pues, si no experimentan un repunte inesperado, parecen seguir una línea similar a la del curso pasado, cuando llegaron a 121. Así, este semestre, los chavales han protagonizado 25 robos en propiedades – coches, comercios o pisos – y 27 contra ciudadanos.

El incremento de delitos ha provocado que la Fiscalía tenga «cada vez más trabajo. Necesitamos refuerzos y nos los deniegan desde hace años», critica Cotelo. El juzgado de Menores, donde hay cinco funcionarios – uno más que en el órgano anterior – , tampoco lo ha tenido fácil este año pues en seis meses han dictado más sentencias que en un ejercicio completo: 109 frente a 107. Sólo 13 fueron absolutorias. A partir del dictamen, «la educación y la socialización del menor» se convierten en «fines primordiales», dice San Juan, partidario de las prestaciones en beneficio de la comunidad como pena.

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