Rentería reclama más seguridad

Las promesas de refuerzo de la vigilanciafrenan los brotesde xenofobia

El Correo, B. OLAIZOLA, 10-07-2009

La tensión que se ha respirado esta semana en el barrio Iztieta de Rentería remite poco a poco. Lo que llevaba camino de convertirse en el primer conflicto de connotaciones xenófobas registrado en una población vasca empieza a transformarse en un problema de seguridad ciudadana. Las promesas de refuerzo de la vigilancia policial y el diálogo entre las partes implicadas han rebajado de momento la crispación. En la manifestación de ayer, los vecinos reclamaron más seguridad sin protagonizar concentraciones ante comercios de inmigrantes.

Cientos de personas desfilaron en silencio por las calles tras una pancarta en la que se leía ‘Por un barrio más seguro y sin delincuencia’. La voluntad de conciliación entre ambas partes quedó reflejada cuando tres representantes de la comunidad magrebí se sumaron a la cabeza de la marcha. El gesto fue acogido con un cerrado aplauso.

La marcha de ayer había sido convocada en una asamblea que tuvo lugar el sábado. En la reunión salió a relucir la indignación de los vecinos por el aumento de la delincuencia, sobre todo a raíz de la detención de un menor magrebí acusado de intentar violar a una mujer. La asamblea derivó en una concentración que recorrió comercios regentados por inmigrantes. Las movilizaciones se repitieron los siguientes cuatro días. Hubo insultos, malos gestos y hasta agresiones. La chispa era ya una hoguera que amenazaba con propagarse por todo el barrio.

Las autoridades, alarmadas por el sesgo que adquiría el conflicto, decidieron tomar cartas en el asunto y el miércoles el Ayuntamiento anunciaba el refuerzo de las medidas de vigilancia policial. Además de comprometerse a instalar un dispositivo de control permanente de la Policía local en el barrio, el Consistorio comunicó que la Ertzaintza estaba dispuesta a reforzar sus efectivos. El Ayuntamiento también asumió otras reivindicaciones, como la de investigar la actividad de determinados comercios. Según el vecindario, algunas de esas tiendas son tapaderas de negocios relacionados con la prostitución.

El último compromiso guarda relación con la alarma que generan los menores extranjeros que delinquen, muchos de ellos fugados de centros forales. El Ayuntamiento expresó su voluntad de reunirse con responsables del servicio para explorar fórmulas que atenúen su conflictividad. Estas medidas han calmado los ánimos de los vecinos, como reflejó ayer la manifestación, que se desarrolló sin incidentes.

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