El Ayuntamiento de Rentería tiene una difícil tarea por delante. Por un lado, tiene que cortar de raíz unas protestas que la comunidad marroquí vive como un ataque xenófobo, y por otro, lograr aumentar la sensación de seguridad entre los vecinos del barrio de Iztieta y hacerles ver que se están tomando sus miedos en serio. “Si lo que piden los vecinos es que se cierren estos locales, eso es inaceptable”, explicó a este periódico el alcalde en funciones, Joaquín Acosta. “De ninguna manera se puede hablar de focos de delincuencia en estos locales”, afirmó el edil socialista. También explicó que varios vecinos marroquíes le han transmitido su malestar por la situación creada por la llegada de menores que deberían de estar bajo la tutela de la Diputación de Guipúzcoa. “El barrio se ha convertido en un lugar de encuentro para ellos”, explicó. El consistorio solicitará una reunión con la diputada de Política Social, Maite Etxaniz para tratar la cuestión.
Por la tarde, el consistorio envió un comunicado en el que recalca que reforzará la seguridad en el barrio y se atenderán las solicitudes de los vecinos. La nota explica que se ha detectado un incremento de inmigrantes “incívicos y delincuentes” en la zona, sobre todos menores tutelados por el ente foral. El texto explica que en los dos últimos meses la Policía Local suma 50 intervenciones, casi todas con este colectivo. Y recalca que Acosta habló con el consejero de Interior, Rodolfo Ares, para aumentar la presencia de la Ertzaintza en el barrio.