El barrio de Iztieta amenaza con transformarse en un polvorín. Este pequeño distrito que agrupa al 10% de la población de Rentería es escenario de las primeras concentraciones que se producen en Guipúzcoa contra comercios de inmigrantes, entre ellos, locutorios. Cientos de vecinos se plantan todas las tardes desde el pasado sábado ante tiendas regentadas por ciudadanos de origen extranjero, sobre todo magrebíes, en demanda de mayor seguridad. Los concentrados denuncian el «deterioro de la convivencia» ante el Ayuntamiento, mientras que el alcalde en funciones pide calma. Los comerciantes afectados, por su parte, se sienten víctimas de una campaña de acoso de tinte racista.

La chispa saltó la pasada semana, cuando un menor magrebí fue detenido acusado de intentar violar a una mujer. El suceso activó un mecanismo de respuesta – una asamblea de vecinos convocada el pasado sábado – que tiene visos de prolongarse durante los próximos días. «Hay miedo porque cada día se producen más robos, y la gente ni siquiera se atreve a salir de paseo o a dejar que sus hijas anden solas por la calle», afirma José Luis Martín, presidente de la asociación de vecinos. «El barrio se ha llenado de magrebíes conflictivos, y muchos locales se han convertido en centros de venta de droga».

«Uno de estos días vamos a tener una desgracia», asegura Anabel, una vecina de Rentería que está emparejada con el palestino Walid y no oculta su preocupación. Los insultos, los malos gestos e incluso las agresiones han empezado a ser moneda corriente en Iztieta. «Cuando se junta un centenar de personas en actitud amenazadora delante de la tienda de un extranjero sabes que puede pasar cualquier cosa. Basta que alguien malinterprete un gesto para que se abra la caja de los truenos», presagia Anabel.